Israel defiende la construcción del muro de separación
Ariel Sharon viajó ayer hacia Estados Unidos, donde tiene previsto entrevistarse con George Bush y defender personalmente la construcción del muro de separación entre Israel y los territorios palestinos de Cisjordania, que tantas reticencias levanta en la Casa Blanca y en la comunidad internacional.
El encuentro Sharon-Bush, el octavo desde que hace dos años y medio la Administración republicana llegara al poder, se celebrará mañana, mientras arrecian las críticas de Washington contra esta obra gigantesca, de 600 kilómetros de longitud, con la que Israel trata de impedir el paso de los terroristas suicidas palestinos y que se realiza a expensas de los palestinos, ya que se levanta sobre territorio árabe, usurpando aproximadamente un 10% de los territorios de Cisjordania.
La asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, se ha convertido en la principal abanderada de la destrucción del muro después de que visitara la obra, acompañada de una delegación palestina, hace poco menos de un mes y medio, tras la cumbre de Áqaba, en la que se lanzó oficialmente la Hoja de Ruta. EE UU pidió sin éxito la destrucción y anulación del muro, pero al no lograrlo ha optado por solicitar la modificación de su trazado.
Sharon, antes volar a Washington, se reunió en Jerusalén con sus más estrechos colaboradores, entre ellos el ministro de Defensa, Saúl Mofaz, con quienes elaboró la estrategia para enfrentarse a las presiones de EE UU. Sharon se comprometió en la reunión a defender el trazado actual, y en el peor de los casos, anular su construcción en las zonas menos problemáticas, como las que se encuentran en las cercanías del asentamiento de Ariel, al norte de Tel Aviv.
La Casa Blanca pretende que Sharon prosiga con el desmantelamiento de los asentamientos ilegales de Cisjordania, una operación en la que se comprometió hace casi dos meses con Bush, pero que ha quedado totalmente bloqueada después de las primeras escaramuzas con las organizaciones radicales del movimiento colono. Un reciente informe del movimiento pacifista israelí Paz Ahora asegura que el 83% de los colonos de Cisjordania y Gaza están dispuestos a abandonar los asentamientos a cambio de compensaciones económicas y que el 90% no violará la ley ante la orden de salir de los enclaves.
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