Exteriores rechaza renovar las becas a un centenar de extranjeros

Más de un centenar de extranjeros que hacían su doctorado en España, la última promoción que se acogió en 2000-2001 al programa de becas de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ahora extinto, no podrán finalizar sus estudios, porque se les niega la prórroga que tradicionalmente se concedía por un cuarto año. Los afectados no recibirán la ayuda el próximo curso a pesar de que se los emplazó a solicitarla.

Los estudiantes, procedentes de Latinoamérica, Europa Oriental y Asia, están indignados porque en diciembre del año pasado la AECI, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores, les envió un mensaje por correo electrónico en el que se los emplazaba a renovar la beca para el curso 2003-04. Tras enviar la documentación pertinente, el pasado 10 de junio recibieron una notificación que anunciaba que no recibirían esta ayuda.

Exteriores alega que la negativa se debe a "un cambio de política de becas en la agencia" -posterior a la convocatoria a la que se presentaron los afectados-, y que los universitarios ya sabían que este curso la beca era "improrrogable". ¿Por qué, entonces, recibieron aquel correo electrónico? Jorge Sobrero, subdirector de Becas de la AECI, responde que eso se debió a "un error informático que fue descubierto tarde".

Los afectados subrayan el sinsentido en que se convertirán los tres años investigando en más de 15 universidades españolas y lamentan el dinero "tirado" por el Ministerio si no finalizan el doctorado. "Nos dejan en situación de indefensión, sin fuente de ingresos para poder estudiar, sin seguro médico y sin papeles", explica Jesús Acosta, un estudiante venezolano de 30 años que lleva tres cursando el doctorado de Ingeniería Informática Industrial en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC). Acosta añade que, como la denegación se les ha comunicado más de seis meses después de que la Agencia los emplazara a pedir la prórroga para el cuarto y último curso, ahora no tienen posibilidad de solicitar una ayuda en otras instituciones.

La solución que les ofrece el Ministerio de Asuntos Exteriores es bien simple: "Si están disconformes, siempre pueden acudir a la vía de lo contencioso-administrativo". Los afectados esperan que el Defensor del Pueblo, las embajadas, los partidos políticos, otros centros de cooperación y las universidades intercedan en su favor.

La AECI comunicó a principios de 2001 el cambio en su política de becas, lo que originó numerosas protestas y críticas de los rectores y directores de los doctorados, que vieron cómo desaparecían unas ayudas de gran prestigio que se convocaban desde hacía 54 años.

El escrito remitido por el colectivo de becarios afectados a diferentes instituciones subraya que la decisión del Ministerio vulnera el principio de irretroactividad de la normativa desfavorable; el de legalidad, porque se les aplica una normativa posterior a la que ellos se acogieron; y el de equidad e igualdad respecto a otras promociones.

Para Elena Martínez, responsable de Relaciones Internacionales de la UPC, la decisión de la Agencia "no es de recibo". Considera que se debería acabar el antiguo proyecto de becas tradicionales "de una manera digna, permitiendo que estos universitarios finalicen sus estudios". Por su parte, Juan Antonio Vázquez, rector de la universidad de Oviedo y actual presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) afirma que van "a tomar el tema con el mayor interés", que contactarán con la Agencia y que darán "su apoyo" a los afectados.