Trillo veta al candidato de la cúpula militar para mandar las tropas en Irak

La misión de las tropas españolas en Irak ha empezado con mal pie. El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, ha vetado al candidato a mandar la brigada hispano-centroamericana propuesto por el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Luis Alejandre, con el aval del jefe del Estado Mayor de la Defensa y máximo responsable de la cúpula militar, Antonio Moreno Barberá. La decisión, que carece de precedentes, ha enturbiado las relaciones entre los responsables políticos y militares del Ministerio de Defensa, ya enrarecidas por la crisis del accidente del Yak-42.

En la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros que aprobó la participación militar española en la misión de estabilización de Irak, Trillo-Figueroa anunció que el jefe de la brigada Plus Ultra -integrada por 1.300 soldados españoles y 1.200 centroamericanos- será el general Alfredo Cardona Torres.

Lo anómalo de la decisión radica en que el cuartel general de la unidad española en Irak pertenecerá a la Brigada Ligera Aerotransportada (Brilat), con base en Figueirido, mientras que su jefe será el responsable del Mando de Operaciones Especiales (MOE), con base en Rabasa (Alicante). En otras palabras: por vez primera el Gobierno confía la dirección de una misión en el exterior a una unidad militar y prescinde de su jefe natural.

Este cambio no sólo supone un desaire para el jefe de la Brilat, el general Vicente Díaz de Villegas, sino también para los jefes del Estado Mayor del Ejército y del Estado Mayor de la Defensa, que lo habían propuesto.

De hecho, el general Díaz de Villegas se ha venido encargando en las últimas semanas de la preparación del contingente y hasta el viernes pasado se daba por seguro que sería su jefe. Fue ese día cuando el ministro comunicó a sus colaboradores que no quería a Díaz de Villegas al mando.

Ya era demasiado tarde para cambiar el cuartel general, pues los mandos de la Brilat se habían vacunado y estaban preparándose para la operación. De la Brilat son la mayoría de los 30 militares que el lunes viajaron a Irak en misión de reconocimiento.

Durante toda la semana, pese a la necesidad de acelerar los preparativos, se ha mantenido la incertidumbre. El ministro tomó la decisión ayer mismo, tras reunirse con el jefe del Ejército.

Sustitución de última hora

Un portavoz del Ministerio de Defensa aseguró ayer que "no existe ningún motivo" por el que no se haya nombrado a Díaz de Villegas. Según dicho portavoz, el contingente español está formado por personal de muchas unidades y su jefe "no tiene por qué ser el mando de la Brilat".

Sin embargo, una persona ajena no puede aterrizar en un Estado Mayor como un paracaidista y empezar a dirigirlo en circunstancias tan delicadas como las que tendrán que afrontar las tropas españolas en Irak.

Por eso, la sustitución de Díaz de Villegas ha requerido una compleja carambola. Aunque el general Cardona es el jefe de los boinas verdes, en realidad todavía no se había incorporado a dicho puesto y es un hombre de la Brilat. Hasta el pasado 30 de junio, era coronel jefe del Regimiento Isabel la Católica de la Brilat, a las órdenes de Díaz de Villegas. El viernes de la semana pasada, el Consejo de Ministros lo ascendió a general de brigada y ayer Trillo-Figueroa le encargó el mando de las tropas en Irak.

No es extraño que el Gobierno busque al militar más adecuado para una misión tan difícil. Pero sí que lo decida a última hora, haciendo rechinar los engranajes de las Fuerzas Armadas.

En 1992, cuando las tropas españolas fueron por primera vez a la ex Yugoslavia, el Gobierno socialista quiso colocar al frente de las tropas al coronel Javier Zorzo, uno de los pocos mandos del Ejército de Tierra que entonces tenía experiencia internacional.

Para ello, preparó el terreno con meses de antelación. Primero, destinó a Zorzo a la Legión y, luego, encomendó la misión a dicha unidad. Los legionarios fueron a Bosnia con su jefe natural, que no por casualidad era Zorzo.

¿Por qué no ha querido ahora mandar a la Brilat con su jefe natural? En teoría, Díaz de Villegas cumplía todos los requisitos: habla inglés y mandó el primer contingente español enviado a Kosovo, en junio de 1999. Su actuación allí fue objeto de elogios y le valió el ascenso a general.

Sin embargo, el pasado 16 de junio la revista Interviú publicó un reportaje que vinculaba a Díaz de Villegas con dos incidentes oscuros: el fusilamiento simulado de dos vecinos de la localidad de Avena (Huesca) durante unas maniobras en 1984; y la muerte del teniente Arturo Vinuesa en unos ejercicios en 1992.

Díaz Villegas no fue acusado judicialmente por ninguno de los dos hechos, ya juzgados, pero el ministro, según fuentes militares, no ha querido arriesgarse a un escándalo en un momento en que su imagen es ya muy discutida por el accidente del Yak-42.

En todo caso, opinan las mismas fuentes, la decisión resulta arriesgada: la habilidad del jefe de la brigada española en Irak será fundamental para limitar la peligrosidad de la misión. Trillo-Figueroa confía en la experiencia de Cardona. No en vano relevó a Villegas en 2000 al frente de las tropas españolas en Kosovo.