Bush zanja el conflicto con la CIA por las acusaciones falsas contra Irak

La serenidad se impone en las relaciones entre el presidente de EE UU, George W. Bush, y la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Esta mañana, desde Abuja, capital de Nigeria, Bush ha reiterado su confianza en el director de los servicios de inteligencia, George Tenet, quien ayer asumió la culpa de algunas falsas acusaciones contra Irak que justificaron la guerra.

Bush ha hecho estas declaraciones en el transcurso de un encuentro con el presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, en el último día de su gira por cinco países africanos.

Las últimas declaraciones de Tenet y Bush han venido a calmar las aguas, que ayer bajaban revueltas en la administración estadounidense. En una polémica sin precedentes la Casa Blanca y la CIA se acusaron durante todo el día de la responsabilidad de incluir en el último discurso sobre el estado de la Unión un dato a sabiendas de que no era cierto: el supuesto intento del ex presidente iraquí Sadam Husein por comprar uranio enriquecido en África.

Según una filtración de la Agencia a diversos medios de comunicación estadounidenses, la CIA había advertido al presidente de la falsedad de ese dato y de la necesidad de retirarlo del texto. Tanto Bush como miembros de su equipo en gira por África desmintieron esa versión, asegurando que el discurso del estado de la Unión había sido revisado y aceptado por la CIA.

Londres insiste en sus acusaciones

No obstante, el Gobierno británico insiste en que las acusaciones contra Sadam realizadas por sus servicios de inteligencia son verdaderas. En una carta dada a conocer hoy, el ministro de Exteriores, Jack Straw, reconoce que la CIA le comunicó sus reservas acerca de la supuesta compra de uranio por Irak , mantenida por el Gobierno británico en su primer informe sobre las armas del régimen de Sadam Husein, publicado el pasado septiembre.

"La prensa informó de que la CIA nos había expresado sus reservas con respecto a ese elemento" que figuraba en el expediente sobre el supuesto arsenal de armas de destrucción masiva en el Irak de Sadam Husein, publicado en septiembre por el Gobierno británico. "Eso es exacto", añade.

"Sin embargo el comentario de los norteamericanos no estaba apoyado en una explicación y los responsables británicos estaban seguros de que la afirmación contenida en el expediente se basaba en una información fiable que no habíamos compartido con Estados Unidos. Se tomó la decisión de conservarla", explica Straw en su escrito.

La carta de Straw fue enviada este viernes al Comité parlamentario que investiga las pruebas facilitadas por el Gobierno de Tony Blair sobre la amenaza iraquí.

"El dossier del Gobierno hablaba de una serie de actividades para adquirirlo (el uranio) y se refería a la información recuperada por los científicos sobre el programa en 1998", añade el jefe de la diplomacia británica.

Según publica hoy el diario The Independent, ese informe contenía información desfasada y plagiada, además de datos recabados en Internet. Los dos informes publicados por el Gobierno británico sobre las supuestas armas de destrucción masiva de Irak le han provocado constantes críticas al primer ministro, además de denuncias de que el Gobierno exageró las presuntas pruebas para justificar la guerra.