La fiscalía rusa abre más pesquisas contra Jodorkovski

El acoso contra Mijaíl Jodorkovski, el hombre más rico de Rusia, subió de tono ayer cuando la Fiscalía General anunció que estaba investigando otra supuesta irregularidad financiera relacionada con Yukos, la empresa petrolera dirigida por el magnate cuyos ambiciosos proyectos han despertado los recelos del Kremlin.

La investigación de la fiscalía se basa en una denuncia del presidente de la empresa petrolera estatal Rosneft, Serguéi Bogdánchikov, quien acusa a Yukos de haberse apropiado indebidamente del 19% de las acciones de la petrolera Ieniseineftegaz. Un portavoz de Yukos negó las acusaciones y fuentes de la fiscalía consultadas por la agencia Interfax señalaron que el resultado de la investigación puede ser un nuevo proceso. Éste sería el quinto relacionado con Yukos.

Jodorkovski es víctima de una campaña propiciada por personajes próximos al presidente Vladímir Putin y procedentes del antiguo KGB soviético, señalan medios liberales del Kremlin que se encuentran enfrentados a los peterburgueses procedentes de los órganos de seguridad que rodean hoy al líder. Estos sectores liberales a la defensiva se han dirigido con discrección a algunos influyentes personajes de la vida rusa y les han pedido que movilicen a la opinión pública con el fin de hacer comprender a sus colegas ex chequistas (agentes del KGB) que la revisión de las privatizaciones de los noventa no es deseable y podría ser muy negativo para la inversión en Rusia.

Los peterburgueses que rodean a Putin pretenden beneficiarse de una nueva redistribución de la propiedad y aprovechar la animadversión popular contra los ricos para conseguir el triunfo electoral del amorfo partido Rusia Unida, cuyo lema es "estar con el presidente", señalan medios liberales. Rusia Unida, que es dirigida por el ministro del Interior, Borís Grizlov (otro ex chequista de San Petersburgo), ha intentado agrupar en torno a sí a personajes influyentes del mundo de los negocios o la cultura. A título personal, Jodorkovski ha dicho que apoyaba a Yábloko, el partido liberal que dirige Grigori Yavlinski, y a la Unión de Fuerzas de Derechas, que encabeza Borís Nemtsov.

La indiferencia de Jodorkovski ante el partido del Kremlin podría haber resultado provocativa, señalaban medios próximos a Yukos, según los cuales el empresario hizo caso omiso de la invitación para asistir en un reciente congreso de partidarios de Rusia Unida. Otros oligarcas, como Vladímir Potanin, aceptaron la invitación.

Diversos representantes de organizaciones no gubernamentales, defensores de derechos humanos e intelectuales liberales se reunieron en Moscú el lunes para debatir sobre el encarcelamiento la semana pasada de Platón Lébedev, uno de los accionistas más importantes de Yukos. A Lébedev se le acusa de haberse apropiado del 20% de las acciones de la empresa de fosfatos Apatit de Múrmansk en 1994.

Jodorkovski ha acusado a los grupos del entorno de Putin de "haber comenzado una lucha por el poder", pero ha indicado que no tiene intención de entrar en conflicto. "Como empresario no discutiría con el presidente o su administración si me dijeran que hay algunos aspectos de mis actividades no empresariales que fueran inaceptables para la dirección política". El magnate está poniendo en marcha ambiciosos planes para formar cuadros políticos y una enorme red de programas sociales.

Yukos hace alarde de transparencia y ha sido la primera en publicar sus cuentas y su estructura de propiedad. Dio a conocer el lunes sus resultados del primer trimestre. El beneficio neto fue de 1.267 millones de dólares, lo que en relación al mismo periodo de 2002 supuso un alza del 174,2%.