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El 41% de los extranjeros reconoce que está en situación irregular

La mayor parte de los inmigrantes no han sufrido nunca situaciones de rechazo social

Miquel Noguer

Formados, jóvenes, con pareja estable y deseosos de vivir en Cataluña, aunque no saben por cuánto tiempo. Este es el perfil de los inmigrantes residentes en esta comunidad que resulta de una encuesta realizada por la Generalitat y la Universidad de Barcelona a 1.500 extranjeros y que se dio a conocer ayer. El trabajo pretende acercarse a la realidad social de los cerca de 400.000 extranjeros que viven en Cataluña, una realidad que en muchas ocasiones está marcada por la imposibilidad de acceder a un permiso de trabajo y de residencia. Y es que el 41% de los inmigrantes encuestados afirma estar viviendo en situación irregular.

La investigación, realizada por la Universidad de Barcelona, pone de manifiesto que el 75% de los inmigrantes llegaron a Cataluña hace menos de cuatro años. El 90% son menores de 42 años y la mayoría -el 64%- tiene estudios secundarios o universitarios.

El grado de formación es, precisamente, una de las grandes bazas de la mayor parte de inmigrantes, aunque en muchas ocasiones acaban ejerciendo trabajos muy poco cualificados. El mejor formado es el colectivo de los latinoamericanos, en el que el porcentaje de universitarios (22% del total), duplica ampliamente la media catalana (10,5%). Los inmigrantes residentes en Cataluña también tienen un nivel de formación superor al de los extranjeros que viven en el resto de España, donde el 15,3% de los extranjeros tienen estudios universitarios y el 38%, secundarios. La encuesta de la Universidad de Barcelona y del Departamento de Bienestar y Familia de la Generalitat señala que el 64,3% tiene un buen nivel cultural, sólo el 2% se declara analfabeto y el 7,3% que manifiesta no haber finalizado los estudios primarios sabe leer y escribir.

Después de los latinoamericanos, el segundo colectivo con mayor nivel cultural es el asiático, seguido de los originarios de Europa del Este, África subsahariana y, finalmente, del norte de África. La consejera de Bienestar y Familia, Irene Rigau, se refirió a estos datos para asegurar que éstos "rompen tópicos y prejuicios, como el hecho de relacionar inmigración con analfabetismo".La encuesta presentada ayer, que hace especial hincapié en la percepción de los inmigrantes sobre sí mismos y sus planes de futuro, revela que la mayor parte de extranjeros tienen un proyecto a largo plazo en Cataluña. Pero no todos quieren quedarse. De hecho, sólo el 38% afirma que piensa vivir en Cataluña el resto de sus días. Otro 33% todavía no tiene decidido qué hará en el futuro, mientras que el 18,7% ya ha decidido que no se quedará. El resto cree que podría regresar si se resuelven los problemas que le obligaron a marcharse de su país.

Estos datos entroncan con el informe publicado la semana pasada por el Círculo de Economía, en el que sus responsables apostaban por una inmigración de ida y vuelta en la que los inmigrantes tuvieran la oportunidad de regresar a su país libremente para regresar posteriormente a España si lo deseaban.

Los datos presentados ayer por la consejera Rigau son especialmente optimistas cuando se pregunta a los inmigrantes si han vivido situaciones de racismo. El 86% de los encuestados declara no haber sido nunca víctima de incidentes racistas, ya sea por insultos o por agresiones verbales o físicas. Además, el 64% no se ha sentido nunca discriminado, mientras que, de acuerdo con datos del resto del país, el 44,25% de los encuestados declararon no haber sido minusvalorados por su condición de inmigrantes.

Aquellos que contestan que sí se han sentido discriminados por el hecho de ser extranjeros (el 14% del total), lo han sido en la calle o lugares públicos (53,3%), en el trabajo (43,2%) y, en menor medida, por parte de un funcionario (26,5%) o por rechazo social (26,6%).

Aparte del buen nivel de formación, los inmigrantes que viven en Cataluña tienen otra ventaja: su juventud. El 90% de los encuestados son menores de 42 años, hace menos de cuatro años que llegaron y tuvieron como primer destino Cataluña, algo que hace pensar a Rigau que "Cataluña no es sólo un lugar de paso". A juzgar por los datos de la encuesta, a la mayor parte no le va mal su nueva vida. El 77,8% opina que vivir en Cataluña ha sido algo positivo para su trayectoria vital, mientras que el 17,6% piensa que vive igual que en su país y el 4,7% declara que vive peor.

Mejora, pero con matices

En concordancia con los datos anteriores, el 53,6% manifiesta que ha mejorado económicamente desde su llegada a Cataluña, mientras que el 19,3% declara que ha mejorado económicamente pero no profesionalmente. El 18,2% opina que su situación profesional es similar a la de su país y el 8,9% manifiesta que es peor.

La encuesta refleja que la mayoría de los inmigrantes vive con una pareja estable y con hijos a su cargo. El 93,7% reside en pisos, apartamentos o casas, mientras que el 5,2% vive en centros de acogida o albergues. Irene Rigau destacó que estos datos confirman que "está habiendo una integración positiva de los inmigrantes" y que políticas como el reagrupamiento familiar "han demostrado su eficacia".

La consejera insistió en la importancia del aprendizaje del catalán entre la población inmigrante y afirmó que "el uso de catalán de la población inmigrante es bastante bajo".

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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