Arafat cree que la organización integrista Hamás declarará un alto el fuego
La organización radical palestina quiere que sus bases y presos debatan el acuerdo de tregua
Los militantes de base de los partidos radicales palestinos han iniciado un debate sobre la declaración de tregua en la Intifada aprobada por la cúpula dirigente de Hamás, Yihad Islámica y Las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, en un cónclave secreto celebrado en El Cairo bajo la supervisión del jefe de los servicios secretos egipcios, general Omar Suleimán. Los más optimistas, entre ellos el propio presidente palestino, Yasir Arafat, aseguraban ayer que el proceso de consultas podría concluir en pocas horas, mientras que los realistas auguraban una espera que podría concluir este fin de semana.
Todo parece indicar que el anuncio oficial del alto el fuego podría proclamarse oficialmente este fin de semana, a partir del sábado por la noche, desde Ramala, coincidiendo con la llegada a la región de Condoleezza Rice, la asesora de seguridad de la Casa Blanca.
El máximo dirigente de Hamás en Gaza, Abdelaziz Rantisi, explicaba ayer que el proceso de debate interno del proyecto de tregua es "imprescindible" y llevará su tiempo, al menos varios días. La intención de los líderes fundamentalistas del interior es que el borrador de alto el fuego sea discutido sobre el terreno por las bases y también por los presos en las prisiones.
Este mismo procedimiento de debate interno ha sido escogido por la cúpula de Gaza de Yihad Islámica, el otro movimiento fundamentalista, según se desprende de las declaraciones efectuadas en las últimas horas por su secretario general en el interior Mohamed al Hindi, quien insistió en que era necesario esperar algunos días antes de que se pudiera oficializar y anunciar de manera solemne la tregua.
El debate interno sobre el alto el fuego demuestra la desconfianza y las divergencias de los militantes y activistas de base con respecto a las cúpulas de sus organizaciones en el exilio, especialmente en Damasco, convertidos en la mayoría de los casos en unas personalidades lejanas y abstractas, según se aseguraba ayer en medios diplomáticos. Pero al mismo tiempo el debate interno de la tregua asegura que, una vez aprobada, será respetada por la práctica totalidad de los militantes, asegurando de esta manera su supervivencia, opinaban los mismos analistas.
La situación de aparente bloqueo ha abierto un espacio de tiempo lleno de incertidumbres, en el transcurso del cual se han continuado sucediendo las agresiones y los actos de violencia de todo tipo. Ayer, cerca de Tulkarem moría, a causa de los disparos de un joven palestino de 15 años, un trabajador de la compañía telefónica israelí. Pocas horas más tarde, en el norte de Cisjordania, morían también abatidos por balas -éstas israelíes- dos jóvenes palestinos que, al parecer, trataban de infiltrarse al otro lado de la línea verde para, supuestamente, llevar a término un ataque suicida.
Esta larga y tensa espera está siendo aprovechada por israelíes y palestinos para debatir el último discurso del presidente norteamericano, George Bush, propugnando la "completa erradicación" del movimiento fundamentalista Hamás. Portavoces del Gobierno israelí, entre ellos el ministro de Exteriores, Silvan Shalom, han aplaudido estas manifestaciones calificándolas de "felices". Por su parte, los responsables de las organizaciones palestinas las han calificado de "desastrosas", ya que, en su opinión, "Estados Unidos da con este discurso luz verde al Ejército israelí para que continué efectuando incursiones y ataques contra los palestinos".
Por otra parte, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, habló ayer por teléfono con Bush sobre la situación del proceso de paz de Oriente Próximo, informa Efe.
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