El Ejecutivo rebaja de 25 a 23 años la edad para cobrar la renta básica gracias a siete ausencias de la oposición

El Gobierno consiguió sacar adelante ayer en el pleno del Parlamento una modificación de la ley contra la Exclusión Social que reduce de 25 a 23 años la edad mínima para acceder al cobro de la renta básica gracias a siete ausencias de parlamentarios de los partidos de la oposición. La propuesta del Ejecutivo fue apoyada por los grupos de PNV, EA e IU, mientras que la oposición en bloque solicitó la devolución del proyecto al Gobierno. La ausencia de cinco parlamentarios de Sozialista Abertzaleak (SA) y uno del PP y la confusión de un socialista al abstenerse en la votación por error facilitó que la modificación saliera adelante. El tripartito disponía de sus 36 diputados, lo que en condiciones normales les deja en minoría, pero al registrarse tantas ausencias de la oposición les permitió ganar.

Ésta es la tercera ocasión en los últimos meses en que sale adelante una ley o una modificación legal gracias a la inasistencia de algunos parlamentarios de PP, PSE y el grupo de la ilegalizada Batasuna. La más sonada fue la que se registró a finales del año pasado, cuando la tardanza del presidente del Grupo Popular en la Cámara, Jaime Mayor Oreja, permitió al Gobierno aprobar los presupuestos de ese año. Después le siguió la modificación de la Ley de Cajas promovida por el Ejecutivo, que fue aprobada gracias a que varios parlamentarios de los tres partidos de la oposición no acudieron al pleno.

Aunque en el debate de ayer, PP, PSE y SA solicitaron la retirada de la modificación de la Ley contra la Exclusión Social, los motivos que les mueven al rechazo son diferentes. PSE y el grupo de Batasuna consideran que la rebaja de 25 a 23 años para cobrar la renta básica es insuficiente y abogan por llegar hasTa los 18 años, mientras que el PP rechaza cualquier reducción.

Para los grupos que defienden al Ejecutivo, la rebaja está justificada porque la exigencia de tener 25 años al menos para solicitar el salario social excluye de este derecho a un importante sector de la juventud vasca, que se ve obligado a seguir dependiendo de sus padres al no contar con dinero suficiente como para emprender una vida por su cuenta.