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Entrevista:CARLA GUELFENBEIN | Escritora

"La experiencia es un velo fino que atrapa las cosas pequeñas"

Aurora Intxausti

Carla Guelfenbein (Santiago, Chile, 1959) en El revés del alma (Alfaguara) explora en el interior de tres mujeres para dar respuesta a las múltiples preguntas que se formulan. En su primera novela realiza un exhaustivo análisis del comportamiento de las mujeres con velados tintes autobiográficos. Guelfenbein vivió once años en Inglaterra, donde estudió Biología y se especializó en Genética.

Pregunta. ¿Cómo surgieron Ana, Cata y Daniela en su vida?

Respuesta. Aparecieron. No pensé en estas tres mujeres, nunca tuve la intención de crear un personaje bulímico (Daniela), una seductora (Ana) y una perfeccionista compulsiva (Cata). Esos nombres y apellidos los puse después de que existieron. Estos tres personajes aparecieron en mi conciencia con una fuerza tan grande que se instalaron y dijeron síguenos, tenemos una historia. Ni siquiera tenía una estructura de historia, ni cuál iba ser la voz y el desenlace. Se fue haciendo con ellos en la medida que iba siguiendo su estela.

P. ¿Qué hay en cada una de ellas de Carla Guelfenbein?

R. Todo autor parte de su experiencia, entendida como algo más amplio de lo que uno vive normalmente en la vida concreta y real. La experiencia es como un velo muy fino que está en la conciencia y que atrapa las cosas más pequeñas. Incluso aquellas que son invisibles, y ésa es mi experiencia. Ése es el material con el que el autor escribe. Hay ciertas cosas que son más reales y concretas que otras; ahora, la base es ese pequeño velo, eso es lo que vale en la literatura, aquello que se logra atrapar. Hay otros elementos que son autobiográficos. Ana, igual que yo, vivió muchísimos años fuera, también volvió a Chile y se encontró con un país que no necesariamente le era muy amable. El otro elemento que tiene tintes autobiográficos es que Daniela es bulímica y yo fui anoréxica. Son dos enfermedades diferentes, pero en el velo de la conciencia se encuentran. No son enfermedades que se manifiestan sólo en un problema de imagen, pero la mayoría de las veces tiene raíces más profundas y complicadas y terriblemente dolorosas.

P. ¿Hay desamor?

R. Sí, pero es optimista. Vivimos un momento de la vida en la que el amor, entregarse, comunicarse con el otro es un problema. Creo que siempre hay la posibilidad de contacto. Mis tres personajes, sin ser definitivos, tienen procesos que les llevan a situaciones más sanas. No siento que venza el desamor al amor.

P. ¿El empleo de voces diferentes para los personajes fue premeditado?

R. Las tres tenían la fuerza suficiente para definir su voz. Cata estaba frente a su psiquiatra, su lenguaje se aproxima a la realidad. Ana está escrito en tercera persona y es una forma de distanciarse del mundo. Daniela es esa pequeña niña que habla con su almohada y sin existir físicamente un diario lo es porque no sabemos a quién habla. Así consigue crear ese espacio íntimo. Ella vive una total y absoluta soledad hasta que conoce a Ana. Algo muy parecido me ocurrió a mí, y ahora yo puedo racionalizarlo y entenderlo. Tenía claro, y lo tengo claro para la próxima novela, que la realidad cada uno la vive de una manera distinta. Necesito voces polifónicas para narrar lo que deseo.

P. ¿Su educación europea le ha influido en su trabajo como escritora?

R. Me siento latinoamericana, pero aproximarme a la literatura que se produce en Europa me hace sentirme más especial. Mis lecturas están orientadas hacia fuera, fueron más europeas que latinoamericanas. Me siento extranjera en mi tierra, me sentía cuando estaba en Londres y ahora también en Chile. Eso me da mucha libertad. Mi relación con la lectura ha sido muy especial. Descubrí a Carmen Martín Gaite a través de Nubosidad variable. Leí ese libro y a partir de entonces he leído toda su obra. Cada autor tiene que ver con el momento que estoy viviendo.

P. Ahora está escribiendo una novela sobre hombres.

R. Puede que después de tres años con Ana, Cata y Daniela me haya quedado vacía y necesite introducirme en un mundo muy diferente al que he conocido. Está siendo una buena experiencia.

Carla Guelfenbein, ayer en Madrid.
Carla Guelfenbein, ayer en Madrid.LUIS MAGÁN
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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