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Reportaje:

Una empresa con dos caras

La mensajería en bicicleta Oraintxe de Bilbao es una de las 15 empresas de inserción social que existen en Euskadi

Naiara Galarraga Gortázar

La mensajería Oraintxe (Ahora mismo) de Bilbao es, de puertas afuera, una empresa como cualquier otra. Tiene unos 200 clientes. Si algo la diferencia es que, en vez de recoger y repartir en moto, lo hacen en bicicleta por "respeto al medio ambiente", explica su responsable, Juan Eguiluz. Ellos les distingue de prácticamente todas las firmas del gremio que existen en la villa. Pero, de puertas adentro, hay otra diferencia importante. Oraintxe SL, nacida en 1998 de la mano de la ONG Agiantza, es una empresa de inserción. Esta ecomensajería no oculta, aunque tampoco proclama, que emplea a personas a las que otros jamás contratarían.

Oraintxe es una de las 15 empresas que el Departamento de Empleo prevé subvencionar dentro del proyecto europeo ITUN, según recordó ayer el consejero Joseba Azkarraga. El propósito es crear unos 84 empleos de inserción en Euskadi.

Cuatro de los siete empleados de esta mensajería verde están en proceso de inserción. Arantxa, de 29 años, es una de ellos. Entre los empleados que han pasado por Oraintxe hay diversos perfiles: jóvenes marcados por el fracaso escolar, personas que llevan mucho tiempo en paro, ex drogodependientes, desempleados mayores de 40 años,... "todo lo que queda fuera del mercado laboral", resume Eguiluz. Y recalca: "Es una situación en la que se puede encontrar cualquiera".

Cuando Arantxa entraba en la adolescencia, en séptimo de EGB, murió su madre y se le torció el futuro. Nunca obtuvo el Graduado Escolar. Quizá lo intente de nuevo porque, explica, "siempre vendrá bien tenerlo". Durante el último año y medio, ha recogido sobres en un lugar de Bilbao para llevarlos a otro ocho horas al día. Siempre en bici. "El trabajo es duro, pero el trato es muy bueno, es más amistad que otra cosa", explica esta joven a la que lo único que disgusta de su empleo es el "trajín de la carretera".

Los servicios sociales que derivan a los empleados en inserción se encargan de su seguimiento. La idea es que estas firmas sean "un medio no un fin", pero Eguiluz añade: "También te das cuenta de que hay personas que es difícil que se normalicen". No es el caso de Arantxa. Ha decidido dejar su empleo para montar un negocio con su compañero.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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