_
_
_
_

La negociación de EE UU y la UE sobre transgénicos acaba en fracaso

Las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea para que Bruselas ponga fin a la moratoria europea contra los productos genéticamente modificados, como le exige Washington, han acabado en fracaso esta semana en Ginebra (Suiza). Finalmente, el Gobierno estadounidense cumplirá su amenaza y denunciará por este contencioso a la UE ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), que podría pronunciarse sobre este caso durante la primavera próxima.

"Estamos decepcionados, pero no soprendidos, de que estas negociaciones no hayan producido ningún cambio en la moratoria vigente los últimos cinco años, que es ilegal y no científica", indicó el portavoz del Departamento de Comercio estadounidense, Richard Mills, en un comunicado.

En Bruselas, la Comisión defendía su posición diciendo que no está violando las reglas del comercio internacional: "La UE está haciendo uso de su derecho legítimo a asegurar que los productos genéticamente modificados llegan al mercado tras haberse analizado los riesgos cuidadosamente".

La moratoria europea sobre transgénicos, impuesta por la UE en octubre de 1998, establece trabas a la importación de productos transgénicos, incluidos el maíz y la soja. Esta medida va en contra de los intereses de Estados Unidos, donde el 75% de las cosechas de soja, el 71% del algodón y el 34% del maíz están genéticamente modificados.

La batalla transatlántica sobre el futuro de estos productos llegó a su punto más álgido a finales de mayo pasado, cuando el presidente de EE UU, George W. Bush, acusó a la UE de no luchar lo suficiente contra hambre en África al frenar, con su política, el desarrollo de semillas biotecnológicas que, a su juicio, podrían incrementar "de forma determinante" las cosechas.

Riesgo para la salud

Estas declaraciones sentaron muy mal en Bruselas, que insistió en que su preocupación por el efecto que estos productos pueden tener para la salud están fundamentadas y que los países europeos destinan a ayuda exterior una mayor parte de su presupuesto que Estados Unidos.

Mientras en Europa una gran parte de los consumidores rechaza los transgénicos, los granjeros estadounidenses aseguran que la barrera impuesta por la UE a estos productos supone para ellos una pérdida de ventas de maíz equivalente a 300 millones de dólares al año.

Aunque finalmente la OMC decida que la moratoria europea no cumple las reglas, todo apunta a que Bruselas pondrá nuevas medidas para aumentar el control sobre los transgénicos, como un etiquetado especial. Washington ya ha advertido de que tampoco aceptará estas exigencias.

En esta batalla, Estados Unidos dice contar con el respaldo de Canadá, Egipto y Argentina, aunque el Gobierno de El Cairo no ha sido muy claro al respecto.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_