Maragall: "Hay que mantener el ritmo inversor durante 15 años"

La propuesta sobre infraestructuras presentada ayer por los socialistas está acompañada de un esbozo sobre su financiación. Se trata, explicaron Pasqual Maragall y Manel Nadal, de mantener durante 15 años el ritmo inversor de los dos últimos. El Gobierno central tiene que aportar unos 2.400 millones de euros al año y el Ejecutivo catalán, 1.800 millones. Martí Carnicer estima que las cifras salen si se mantiene un crecimiento del PIB nominal del 6% y se reduce el crecimiento del gasto corriente al 4% (la inflación más un punto).

No todos los socialistas son tan optimistas como Martí Carnicer. Algunos, entre ellos el propio Nadal, creen que una parte de la inversión necesitará el recurso al endeudamiento. No obstante, coinciden Maragall y Nadal, se trata de no reducir inversiones de las que generan riqueza y aplazar sólo lo imprescindible.

El programa de inversiones contempla 54.000 millones de euros en un plazo de 15 años, pero con partidas y orígenes muy diferentes. De entrada, un plan de choque para los años 2004-2008 con inversiones por valor de 34.000 millones de euros, parte de los cuales se destinarán a amortizar la deuda pendiente. 12.000 millones deben ser aportados por el Gobierno central, y 9.000 millones por el de la Generalitat. El resto corresponde a inversores privados.

La inversión total de organismos oficiales suma 31.000 millones de pesetas. Los otros 23.000 millones deben proceder de la iniciativa privada.

No será fácil convencer al resto de España de que hay que invertir en Cataluña una cantidad no inferior al 15%-16% del PIB, pero más cerca del 19%. El argumento a usar, afirmó, tiene que ser la demostración de que el desarrollo de Cataluña beneficia al conjunto de España.

Maragall aseguró que no hay que repetir el error de 1992. En aquel año, dijo, las inversiones fueron, por primera vez, las adecuadas, pero luego dejaron de serlo. En esta ocasión hay que batallar para que se mantenga. Y conseguirlo, dijo.

El plan contempla tres leyes. Una ley catalana de financiación y concesión de obras públicas, una ley de financiación del transporte y una política tarifaria que permita modificar las tendencias actuales. En este último bloque se incluye la tasa para camiones.

Los socialistas contemplan una modificación general de la gestión de las infraestructuras abriendo al sector privado áreas que ahora gestiona exclusivamente el sector público. Una de ellas, los aeropuertos. Maragall apuntó que carece de sentido que una empresa como Ferrovial pueda gestionar parte del aeropuerto de Sydney (Australia) y no pueda hacerlo en Cataluña.

En su opinión, la gestión privada de los aeropuertos abre grandes posibilidades, tanto para el caso de viajeros como para las mercancías. El plan incluye la construcción de tres aeropuertos para vuelos regionales europeos. Unos en Lleida, otro en la Cataluña central (entre Igualada y Manresa) y el tercero en las comarcas del Ebro (Tortosa). También cabe la participación privada en los centros logísticos vinculados a los puertos. El PSC cree que hay que construir dos puertos secos: uno en el Baix Penedès y otro en la Cataluña central.