Gispert propone medidas contra los 'conductores bala'

El Gobierno catalán quiere medidas duras contra los conductores temerarios como el que hace unos días fue multado conduciendo en una carretera a 240 kilómetros por hora.

Por "el altísimo riesgo que implican para el resto de automovilistas" estas actitudes, la consejera de Justicia e Interior anunció que el Gobierno catalán tiene previsto llevar a finales de agosto o a principios de septiembre al Congreso la propuesta de modificar tres artículos (sin concretar cuáles) del Código Penal, que puede comportar incluso penas de cárcel para los infractores.

Al endurecer las penas se pretende atajar la impunidad de ciertos conductores reincidentes contra los que no se aplica la ley. Se intenta además seguir la experiencia de Francia, donde los conductores encarcelados han sido pocos pero donde el temor a ser descubierto in fraganti ha funcionado como elemento disuasorio.

Los radares de los Mossos d'Esquadra han "cazado" en el último año a un total de 445 conductores circulando por las carreteras catalanas a más 180 kilómetros por hora, y de ellos 39 lo hacían a más de 200 kilómetros por hora, según datos del Servicio Catalán de Tráfico.

La fiscalía ha abierto recientemente diligencias contra un motorista cazado a 236 kilómetros por hora en una vía comarcal de Lleida, y contra el conductor de un potente vehículo sorprendido a 243 kilómetros por hora en por una vía de Tarragona.

Un total de 39 de esos 445 conductores bala iban a más de 200 kilómetros; 78 lo hacían a velocidades de entre 190 y 200 kilómetros, y 328 circulaban entre 180 y 190. Según las mismas fuentes, un 10% de esos 445 infractores son reincidentes en más de dos ocasiones.

Vigilancia en la C-31

El pasado año, los Mossos abrieron 75.736 expedientes a conductores infractores, muchos de ellos por exceso de velocidad, y este año la cifra ya va por los 41.233 expedientes y, según los responsables catalanes de tráfico, ésta se incrementará por infracciones relacionadas con la velocidad.

El Servicio Catalán de Tráfico ha estudiado con detenimiento el caso de la carretera C-31, la autovía de Castelldefels, vía por la que diariamente circulan unos 35.000 vehículos, y en abril detectó con su radar 63 coches que iban a más de 170 kilómetros por hora. En esta vía, en la que la velocidad máxima es de 100 kilómetros por hora, también se hallaron 11.402 vehículos que iban a más de 120 kilómetros, otros 2.988 que lo hacían a más de 130, 878 a mayor velocidad de 140, 290 que lo hacían a más de 150, y 70 que circulaban a más de 160.

De Gispert señaló que "lo importante no es la prisión" para los infractores de los límites de velocidad, aunque ha puesto como ejemplo válido de la reducción de la siniestralidad el caso de Francia, donde estos conductores son encarcelados.

La idea de la Generalitat es, en principio, reservar la prisión para los reincidentes, mientras que a los otros, a los que delinquen por primera vez, se les aplicarían medidas alternativas. La consejera lamentó que el Código Penal, en los casos de conducción temeraria, aunque no haya víctimas, sea "poco claro", por lo que a su juicio, muchos jueces tienen que interpretar "de forma excesiva" y luego aparecen sentencias como una que recientemente absolvió a un motorista que circulaba por una avenida de Sant Joan Despí con más del triple de tasa de alcohol permitida y en dirección contraria.