Escalada urbana espontánea
Desde hace algunos meses la arcada del puente de Triana que cruza los bajos del Paseo Marqués de Contadero sirve de escenario improvisado para la escalada en roca de un puñado de jóvenes deportistas. A los grafitos que ya decoraban, por así decirlo, los pilares del puente, se une ahora una capa de polvo blanco que los escaladores urbanos utilizan para protegerse las manos de la dureza de la roca.
Resulta un espectáculo curioso para los ciclistas, corredores y peatones que pasamos por allí observar cómo los chicos se esfuerzan por salvar las dificultades que presenta la escalada de espacios cóncavos; imagine si ya es difícil escalar una roca vertical como suele hacerse en zonas de montaña, lo que supone escalar la bóveda del puente.
Me pregunto si los escaladores urbanos, antes de elegir esa zona como campo de prácticas para su inofensiva afición deportiva, se habrán dirigido a la Administración local para solicitar la construcción de unas instalaciones adecuadas para esta práctica, y es que si bien no parece que los que pasamos por debajo del puente corramos peligro de ser aplastados por uno de ellos, resulta lamentable comprobar en qué estado está quedando un monumento de mediados del siglo XIX que es además una de las piezas más señeras del patrimonio arquitectónico de Sevilla.
¿Podemos encontrar una forma de conjugar afición deportiva y conservación del patrimonio? ¿Podría el Instituto de Deportes dotar a la ciudad de una instalación específica en condiciones? Y ya si aprovechamos para limpiar los grafitos y reparar los huecos que se han generado en la roca del puente, mejor que mejor.
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