Otra oportunidad

Levantarse una mañana, ir al trabajo y encontrarse despedido supone para quien lo padece una caída libre y una sensación de desesperanza total. Sin embargo, el mercado laboral está cambiando gracias a la irrupción de una nueva figura, las empresas de recolocación. Multinacionales como Lucent o Xphera o pequeñas empresas que quieren recolocar a un directivo que no encaja, acuden cada vez más a este sistema. "Si te tienen que echar, que lo hagan como una persona", señala Fernando Salas, presidente y principal accionista de Uniconsult, empresa que cuenta con un 30% de la cuota de mercado de este sector en España.

Recolocar a alguien es caro y supone un plus que se acompaña a las indemnizaciones por despido. Cada vez hay más comités de empresa que quieren incorporar esta fórmula a sus convenios, pero su presencia todavía es escasa. Las firmas de recolocación llegan a las empresas junto al expediente de regulación de empleo. Por una media de 2.100 euros por trabajador en empresas de 200 o 300 trabajadores y de 12.000 euros en el caso de directivos, ayudan a los despedidos a encontrar un trabajo fijo en las mismas o mejores condiciones que las perdidas.

Uniconsult, que trabaja con el método DBM, el primer grupo mundial de recolocación (outplacement), calcula que sólo un 5% de los despidos en Euskadi pasan por sus manos. "Tenemos que satisfacer a tres clientes: al que despide, al que contrata y al despedido y solamente paga el primero", señala Salas.

En Euskadi, el tiempo media de colocación asciende a 4,5 meses, mientras que en el resto de España se queda en 3,2 meses. Los mayores usuarios de este servicio en el País Vasco son las multinacionales. "No es una comunidad autónoma de grandes contratos, sino de un goteo permanente. Colocamos a muchos mandos intermedios y directivos", indica Salas. El trauma del despido ha llevado a que tengan que convencer a ejecutivos de que esa situación no supone más que una nueva oportunidad y que, por lo tanto, deben contar a sus familias su situación.

El trabajo de una empresa de recolocación pasa en primer lugar por convencer al despedido de sus posibilidades, reorientarle y ponerle en contacto con el mercado laboral. En muchas ocasiones se les exige incluso renunciar a ofertas de trabajo que son inferiores a sus posibilidades. "La gente vive como un trauma su despido y está dispuesta a aceptar cualquier cosa", señala Salas. En ocasiones, hay que formar a la gente e incluso reciclarla hacia actividades similares, dentro de su campo, pero no idénticas a las que realizaba. Uniconsult tiene unas oficinas donde imparte sus cursos de recolocación y que actúan como una oficina donde los despedidos tienen un ordenador y una mesa desde donde todos los días trabajan en la búsqueda de un empleo.

La cifra de facturación de Uniconsult en España asciende a ocho millones de euros y sus beneficios antes de impuestos rondan el 17% actualmente, aunque los comienzos han sido duros y difíciles. La firma trabaja en España desde 1990 y en Bilbao cuenta con oficina desde 1999.