El alcalde de Río espera que la justicia autorice el Guggenheim
El alcalde de Río de Janeiro, César Maia, espera que la justicia brasileña levante la paralización del proyecto de construcción de un Museo Guggenheim en su ciudad en "una o dos semanas". Según explicó Maia ayer en Bilbao, los equipos involucrados en el desarrollo del nuevo Guggenheim, el primero de América del Sur, siguen trabajando con normalidad a la espera de que el juez falle sobre el recurso presentado contra la paralización del proyecto en la zona portuaria de Río de Janeiro.
El pasado 21 de mayo un juez de Río de Janeiro ordenó la suspensión del contrato para la construcción del Guggenheim, que había sido suscrito tres semanas antes en Nueva York por el alcalde de la ciudad brasileña y los representantes de la Fundación Guggenheim.
La decisión judicial impedía el pago de la primera cuota para la financiación del proyecto,
previsto para el 30 de mayo. El presupuesto global de la puesta en marcha del nuevo museo de Río de Janeiro supera los 113 millones de euros, de los que más de 25 irían a parar a las arcas de la Fundación Guggenheim, en compensación por la utilización de su nombre y sus colecciones de arte, siguiendo una fórmula similar a la que permitió la apertura del Guggenheim en Bilbao. El arquitecto encargado del proyecto, el francés Jean Nouvel, cobraría más de 10 millones de euros por su trabajo. El contrato prevé que la ciudad aporte el solar, financie la construcción y provea los fondos necesarios para la explotación.
La paralización judicial del proyecto llega en un mal momento para la Fundación Guggenheim. A la reducción de la actividad en el museo de Nueva York para disminuir gastos, se ha sumado en los últimos meses la renuncia a la construcción de otro en el sur de Manhattan, y el cierre de parte del que funciona en Las Vegas, por el escaso nivel de visitantes.
Exigencias constitucionales
El juez que ordenó la paralización del proyecto brasileño entiende que el contrato entre las autoridades de Río de Janeiro y la Fundación Guggenheim no cumple las exigencias constitucionales y presenta "puntos oscuros", como la cláusula que vincula parte del mismo a las leyes del Estado de Nueva York. También considera irregular que la previsión presupuestaria de la ciudad de Río de Janeiro esté en reales, mientras que los costes del Guggenheim aparecen en dólares.
La sentencia judicial señala, además, que el contrato crea obligaciones financieras para el municipio durante por lo menos 10 años, lo que excede el mandato del alcalde. El juez subrayó que la Constitución brasileña prevé que una inversión con esas características no puede ser iniciada sin previa inclusión en un plan plurianual o sin que la ley la autorice.
Babelia
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