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"Esta no es la línea de alta velocidad que llevamos tantos años esperando"

El empresariado catalán califica de "intolerables" los retrasos en las obras ferroviarias

El AVE que construye Fomento no tiene nada que ver con el que ha estado esperando durante años la sociedad catalana. No lo dice la oposición gubernamental, sino el empresariado catalán agrupado en la Cámara de Comercio de Barcelona, cuya junta directiva emitió ayer un duro comunicado en el que, entre otras cosas, se afirma: "No es tolerable el retraso que está sufriendo la realización de una infraestructura tan importante para Cataluña y para el resto de España". La Cámara de Comercio cree que el retraso acumulado sitúa la llegada a Figueres en 2008 o 2009.

Los retrasos se deben a que ha habido "un proceso de planificación poco ágil y quizá una mala elección de los concesionarios para la construcción de las obras". Para la cámara el retraso en España es preocupante, pero no menos que el que se observa en Francia, una preocupación que se extiende al empresariado francés. Representantes de la institución catalana se reunirán el mes que viene con los de las cámaras de Languedoc-Roussillon para analizar la situación y buscar algún tipo de salida.

La cámara hace explícita una reflexión que hasta ahora se hacía en voz baja: "Contrasta la baja velocidad de la realización de la conexión Madrid-Barcelona-frontera francesa con la alta velocidad de la línea Madrid-Sevilla, actuación decidida por el Consejo de Ministros en el año 1988 y que entró en servicio a mediados de 1992, lo cual representa una velocidad de realización tres veces superior".

Los retrasos en la línea entre Madrid y Barcelona son graves en sí mismos pero, además, comportan retrasos en otras obras igualmente indispensables para la economía de Cataluña: los accesos al puerto y al aeropuerto, la constitución de una plataforma logística en el Baix Llobregat, la reforma del servicio de Cercanías y la mejora del transporte ferroviario de mercancías. Al analizar las demoras, la cámara comenta: "Los proyectos se desarrollan lentamente, las obras avanzan lentamente y los trenes circularán lentamente mientras no esté en servicio el nuevo sistema de señalización y seguridad ERTMS". La conclusión es clara: "No es la línea de alta velocidad que Cataluña lleva tantos años esperando".

Los retrasos producidos por el incumplimiento de las empresas adjudicatarias, según el Ministerio de Fomento, se unen a los originados por enfrentamientos con intereses locales. Es el caso del paso por el Baix Llobregat y la conexión con el aeropuerto, y también el cambio de trazado en Sant Sadurní, desautorizado por el Ministerio de Medio Ambiente."La terminación definitiva de la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona-Figueres se puede retrasar hasta el año 2008 0 2009, sin que se puedan asegurar los plazos de ejecución del tramo internacional Figueres-Perpiñán".

Y si la situación española reconcome a los empresarios catalanes, la de Francia es aún peor, debido a la falta de interés del Gobierno francés por realizar la conexión entre las líneas francesas y las españolas. Un asunto difícil de comprender porque la conexión con Italia no había sido considerada prioritaria hasta ahora por Francia porque su coste es cuatro veces superior al de la conexión con Cataluña y por la importancia de los intercambios a través de los Pirineos, a lo que habría que sumar "la congestión de los ejes viarios franceses, especialmente en el recorrido que va desde la frontera española hasta Montpellier y Lyón".

La cámara recuerda que diariamente cruzan la frontera francesa 9.000 camiones por Cataluña y 8.000 por las Vascongadas. En total, 36 millones de toneladas, muy lejos de las 8 toneladas que transporta el ferrocarril (5 por la parte catalana y 3 por el País Vasco).

La reunión que se celebrará en Barcelona entre los representantes de las cámaras catalanas y las del sur de Francia tiene como uno de los principales asuntos que tratar el trazado ferroviario, tanto en España como en Francia.

Uno de los temores que asaltan reiteradamente al empresariado de ambas regiones es que el Gobierno francés, con el beneplácito del español, decida acelerar la construcción de la línea atlántica. Hay un tramo ya en funcionamiento entre París y Tours, luego los trenes siguen hasta Burdeos, pero a velocidad convencional ya que la vía no está adaptada a la alta velocidad. En la parte española, el Gobierno del Partido Popular ha licitado y adjudicado las obras del tramo entre Madrid y Valladolid, que luego debe dirigirse hacia la frontera francesa por Vitoria y San Sebastián. La conexión entre Bayona y Burdeos tiene una longitud similar a la del tramo entre Perpiñán y Nimes.

El Gobierno francés tenía que haber empezado a trabajar en este trecho en 2001, y el empresariado catalán, como el del sur de Francia, confiaba en que se adelantara la fecha. Nada de eso; al contrario, la intención del Ejecutivo francés es dar largas al asunto y apostar por la conexión con Italia, a través de los Alpes, en detrimento del enlace español y del cruce de la cordillera pirenaica.

Esta decisión, cree la Cámara de Comercio, debería haber provocado una actuación decidida del Gobierno español en defensa de los intereses nacionales. No ha sido así, y la cámara teme que se atasque incluso el tramo entre Figueres y Perpiñán. Sobre todo, después de que el grupo de empresas que obtuvo la concesión renunciara a ella al saber que Francia desistía de adaptar el tramo Perpiñán-Nimes a la alta velocidad. El túnel entre ambos países se pagará con los peajes que paguen los trenes y el número de éstos será menor para una alta velocidad que muera en Perpiñán que para otra que pudiera enlazar con la mayor parte de Europa. Sobre todo, los mercancías.

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