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Los policías nacionales rehúsan cubrir 857 puestos en la región

Sólo se han cubierto el 35% de las plazas ofrecidas

La región pierde policías nacionales a marchas agigantadas. El concurso de traslados convocado por la Dirección General de la Policía demuestra que la capital y sus municipios limítrofes no atraen a los agentes. De las 1.317 plazas ofertadas en todas las categorías principales (de policía básico a inspector), sólo se ha cubierto el 35%. Los 857 puestos restantes han quedado vacantes. Los sindicatos policiales denuncian este hecho y reclaman un plan específico para Madrid, de forma que se asegure un número mínimo de agentes. La región cuenta con 6.000 policías nacionales.

El concurso de traslados fue publicado en la orden general del Cuerpo Nacional de Policía el 3 de marzo pasado. En el caso de la Jefatura Superior de Policía de Madrid, esta orden recogía que faltaban en la región 1.317 agentes. Pero los datos provisionales arrojan un balance desolador: sólo se ha cubierto el 35% de las vacantes y algunas de gran importancia, como las de inspectores, que otras veces eran de las más solicitadas, también han quedado libres. De hecho, en la capital se han dejado de cubrir 14 de las 50 plazas de inspector convocadas.

Otro dato que destacan los sindicatos policiales es que categorías de nivel medio, como las de oficial, hayan sido rechazadas casi al 100% por los policías: sólo ha sido solicitada una de las 50 plazas que recogía el concurso para la capital. En el caso de la comisaría de Alcobendas llega al 100%. "Estos datos son provisionales, pero no variarán más que en uno o dos agentes, cuando se cierre el concurso la próxima semana", señala el secretario regional del Sindicato Unificado de Policía (SUP), José Ignacio Cervigón.

Plan específico

Este desinterés de los agentes por las plazas vacantes en Madrid es vista por los sindicatos como una consecuencia de la peligrosidad que se vive en la región durante los últimos años. De hecho, el mismo concurso de traslados plantea plazas consideradas "más cómodas" en términos profesionales, como la costa andaluza, capitales de provincia más tranquilas y comisarías periféricas a estas localidades. "Madrid sufre un grave problema del que los políticos no se están danto cuenta. O se plantean un plan específico para la región o cada año vamos a ir perdiendo agentes hasta que se produzca una situación insostenible, en la que no haya policías para patrullar", criticó Cervigón.

Otro problema que sufren los policías nacionales en Madrid es el bajo sueldo (unos 1.100 euros la escala básica), en una ciudad que se caracteriza por el alto coste de la vida. Además, comparado con otros cuerpos como la Policía Municipal de la capital, la diferencia de sueldos puede ser entre 400 y 500 euros al mes. "Madrid es de las ciudades más caras, por no decir la que más, de toda España. Con el sueldo de un funcionario de policía no se puede mantener a una familia. Por eso muchos agentes prefieren marcharse a otras localidades más baratas, en las que además el índice de delicuencia es mucho menor", dice el secretario regional de la Unión Federal de Policía (UFP), José Canales.

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Un tercer problema para los policías destinados a Madrid son las grandes distancias que tienen que cubrir en muchos casos para acudir a sus trabajos. "En muchas capitales los funcionarios suelen ir andando a las comisarías, con el consiguiente ahorro de tiempo", añade el secretario regional del SUP.

El problema además viene de lejos. Sólo el año pasado Madrid perdió otros 452 policías nacionales: 52 por el traslado de méritos a otras jefaturas, 200 que pasaron a la segunda actividad (prejubilación) y otros 200 que abandonaron el servicio para acudir al curso de formación de subinspectores.

Los sindicatos recuerdan que a finales de junio o principios de julio saldrán de la Academia de la Policía de Ávila una nueva promoción de 1.500 agentes, de los que probablemente serán destinados a la jefatura de Madrid unos 500, pero añaden que la cifra no es suficiente para una región como la madrileña. "El problema es que en cuanto haya oportunidad de marcharse de aquí, es decir, dentro de un año, van a pedir lugares más tranquilos, como pasa todos los años", añade Canales, de la UFP.

Según el portavoz de la Asociación Nacional de Policía (ANP), Isidoro Zamorano, la situación de Madrid supone "un auténtico desastre". Desde su sindicato se espera que el nombramiento del nuevo jefe superior de Policía de Madrid, Miguel Ángel Fernández Rancaño, en sustitución del actual, Juan Bautista Zurera, venga acompañada de más agentes. "El nuevo jefe superior viene con una dura papeleta, como es reducir la altísima tasa de criminalidad que sufre Madrid. Desde luego, como no le den más policías, no hay forma humana de afrontar este problema y conseguir resultados", concluye.

Plus de grandes ciudades

Los principales sindicatos del Cuerpo Nacional de Policía coinciden en que una gran capital como Madrid debería de conllevar en las nóminas de los agentes un plus de grandes ciudades, como ocurre en otros países europeos. Sólo de esa forma, al hacer atractivo el sueldo a los agentes, se puede conseguir que los policías decidan trabajar en la región de forma permanente.

"Siempre hay funcionarios nuevos, que no conocen las características de Madrid ni su criminalidad. Además, tampoco se integran en los barrios donde trabajan porque saben que van a estar unos cuantos meses", señala el secretario regional de la Unión Federal de Policía (UFP), José Canales.

"Sólo con un plus de grandes urbes, como venimos pidiendo desde hace muchos años, se puede hacer atractivo un destino como Madrid. Es la única forma de compensar el estrés y el gran esfuerzo que supone trabajar aquí", añade José Ignacio Cervigón, secretario regional del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Éste recuerda que la región tiene un déficit mínimo de 3.000 policías y que se tardarán "bastantes años" en solucionar esta carencia.

"Las nuevas promociones sólo servirán para cubrir las jubilaciones. Además, estas plazas sin cubrir se notarán en todas las comisarías y en brigadas tan sensibles para la prevención del delito, como Seguridad Ciudadana [ésta se encarga de la vigilancia en la calles y de los lugares más sensibles]", señala Cervigón. "O se invierte en personal y se le da algún incentivo o Madrid se queda sin agentes en pocos años", concluye.

"A este paso me veo que los mandos vamos a tener que salir a patrullar por la falta de personal", bromeaba ayer un comisario.

Otro problema añadido es lo envejecidas que están algunas de las plantillas de las comisarías, en especial las de las periferia de la capital. Los agentes que superan los 55 años pasarán en breve a la segunda actividad, por lo que abandonarán las labores de patrullaje.

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