Nieto Alcaide habla de la obra maestra en su ingreso en Bellas Artes
El historiador rindió homenaje a pintores como Apeles, Velázquez, Vermeer y Picasso
El historiador de arte Víctor Nieto Alcaide (Madrid, 1940) ingresó ayer en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de Madrid, con un discurso sobre la concepción de la obra maestra en la pintura de Apeles, Velázquez, Vermeer y Picasso. Ocupa la vacante de José María de Azcárate Ristori, en la sección de cultura, y fue presentado por Antonio Bonet Correa, Julio López Hernández y Francisco Calvo Serraller, que contestó el discurso.
El pintor Rafael Canogar y el escultor Julio López Hernández acompañaron al estrado a Víctor Nieto Alcaide, quien leyó durante media hora La línea de Apeles y la obra maestra. Pintura escrita, palabra pintada, un discurso en el que ha trabajado durante el último año como proyecto de un futuro libro. "La primera razón de entrar en la Academia es porque se ha modernizado y tiene prestigio. Hace 15 años estaba la pintura más rancia y hoy está la vanguardia, en una mezcla de las artes", declaró antes de pronunciar su discurso.
El nuevo académico mencionó a sus maestros, Diego Ángulo y Antonio Bonet Correa, y recordó a su antecesor, José María de Azcárate Ristori, especialista en arte medieval y renacentista.
La transmisión de las ideas y formas clásicas en el arte occidental, y en concreto la repercusión que en la pintura han tenido las descripciones literarias de modelos perdidos, es el tema que investiga el nuevo académico, estudioso de la pintura antigua, con numerosas publicaciones sobre las vidrieras o el arte contemporáneo, con monografías sobre Canogar, Lucio Muñoz, Palazuelo, Rodríguez Acosta, López Hernández, Feliciano y otros artistas.
Velázquez, Vermeer y Picasso son los artistas que más mencionó en el discurso, tras una primera parte dedicada a los conceptos de obra maestra y la búsqueda de una perfección ideal de los artistas clásicos, sobre todo del griego Apeles, "el pintor más grandioso de la antigüedad", retratista de Alejandro Magno, conocido a través de la Historia natural de Plinio el Viejo, que narra la concepción de la obra maestra como una realización irrepetible, insuperable y única, en la visita que realizó Apeles al taller de Protógenes.
Una parte del discurso estuvo dedicada a la relación de Velázquez con las fuentes clásicas como inspiración literaria de sus cuadros. "Velázquez concibió Las meninas como una obra maestra capaz de competir con las 'obras famosas' de la antigüedad, concretamente con la obra maestra de Apeles". También en el Retrato ecuestre de Felipe IV, el rey aparece representado de perfil, en contra de la práctica de los retratos reales, una idea inspirada en Apeles, como ha señalado el historiador John Elliott.
Otros significados de Las meninas se acercan también al mito de Apeles de la obra maestra como la manifestación más noble de la pintura, y Nieto Alcaide señala el cuadro invisible que Velázquez está pintando, "como representación alegórica de sí mismo como nuevo Apeles".
El nuevo académico aplica los mismos argumentos con Vermeer y su cuadro El arte de la pintura, con el pintor sentado de espaldas al espectador, con un lienzo en el caballete y con un traje no habitual en el trabajo. Los dos artistas transmiten así la idea de que la pintura pertenece a las artes liberales y que "el pintor realiza su labor igual que el poeta su poesía". Las descripciones minuciosas del nuevo académico sobre los cuadros Las meninas y
El arte de la pintura se pueden comprobar en el Museo del Prado, donde se exponen estas obras juntas hasta el 4 de junio.
Picasso y su Guernica también entran en las categorías de "nuevo Apeles" y obra maestra. "El Guernica es una de las obras más meditadas y pensadas de la pintura moderna. Es una obra inacabada, en la que el pintor se detuvo y no pretendió agotar sus posibilidades. Tenía el convencimiento de que las obras maestras no se terminan. Picasso, como Apeles, "sabía retirar la mano del cuadro".
Babelia
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