_
_
_
_

Muere bajo detención el principal sospechoso de los atentados de Casablanca

El fiscal asegura que Mul Sebbat falleció por "enfermedades del corazón y el hígado"

El principal sospechoso de coordinar los atentados de Casablanca, Abdelhak Mul Sebbat, murió, 48 horas después de su detención, "a causa de sendas enfermedades de corazón e hígado", dijo ayer Abdalá Alaui Balghiti, fiscal del tribunal de apelación de Casablanca. "Abdelhak fue detenido en Fez, y como su estado de salud no permitía seguir adelante con los interrogatorios, fue trasladado a un hospital, pero murió en el trayecto. (...) Una autopsia ha confirmado que falleció de muerte natural", dijo. Aunque Abdelhak había comparecido ante el fiscal, carecía de abogado.

Tres sospechosos de participar en los atentados habían declarado "a los investigadores que Abdelhak era su emir [príncipe] y que seguían sus órdenes", añadió el fiscal. Éste tenía más edad que los tres acusados que le delataron, Mohamed el Omari, nacido en Casablanca en 1979; Rachid Jalil, originario de Casablanca en 1975, y Yasin Lahcen, nacido en Demnet en 1981.

El primero fue detenido delante del hotel Farah, que intentó volar. El segundo, que tampoco logró hacer estallar su carga explosiva, fue apresado 48 horas después. El tercero era, al parecer, un kamikaze de reserva que no llegó a actuar el 16 de mayo y que fue capturado más tarde. En los cinco atentados perpetrados murieron 43 personas, incluidos 12 terroristas suicidas. Cuatro de los muertos eran españoles.

Además de los tres sospechosos detenidos, la policía marroquí ha lanzado una orden de búsqueda y captura de otros 13 cómplices. Las fuerzas de seguridad han apresado a numerosos familiares de los kamikazes, empezando por sus padres, pero éstos fueron liberados en pocos días.

Mohamed el Omari, Rachid Jalil y Yasin Lahcen han sido acusados por la fiscalía de organización de banda armada, atentado contra la seguridad del Estado, sabotaje, asesinato y de provocar daños que causaron heridas e invalidez permanente. En cuanto se publique en el boletín oficial, se les aplicará la nueva ley antiterrorista recién aprobada. Los sospechosos y sus cómplices son marroquíes, en su mayoría de Sidi Munem, barrio de la periferia de Casablanca, y que ayer recibió la visita del rey Mohamed VI, que prometió más viviendas.

Los explosivos artesanales que utilizaron han sido, aparentemente, fabricados en laboratorios clandestinos. Pero las autoridades insisten en que los atentados habían sido efectuados con ayuda exterior. El único nexo posible con Al Qaeda es la transferencia, hace meses, de 50.000 dólares desde el extranjero a la cuenta de un sospechoso marroquí. El dato fue publicado por The New York Times.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_