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España apoya en Bruselas levantar la moratoria contra los transgénicos

Francia quiere imponer mayores garantías

Gabriela Cañas

La Unión Europea está dando nuevos pasos para abrir sus puertas a los productos transgénicos, y tiene en España a uno de sus mayores defensores. El consejo de ministros de Agricultura, reunido ayer en Bruselas, trató el asunto de la coexistencia de cultivos transgénicos y cultivos tradicionales y España manifestó de nuevo su posición a favor del fin de la moratoria que de facto se estableció en la UE en 1998. "Las reglas de trazabilidad y etiquetado adoptadas en la UE son suficientes para levantar la moratoria, y cuanto antes lo hagamos, mejor", dijo el ministro español Miguel Arias Cañete.

España, uno de los países de la UE donde más cultivos transgénicos hay, se sitúa en este terreno junto al Reino Unido, pero tiene en su contra a Francia, que, más reticente, hablaba ayer de la necesidad de garantizar la seguridad total a los consumidores y de establecer las responsabilidades en caso de contaminación de cultivos. La posición alemana, por el contrario, es más ambigua. Ayer, su ministro se alineó junto a Francia pidiendo la entrada en vigor de las normas comunitarias en marcha, pero la semana pasada, en Washington, el ministro de Asuntos Económicos, Wolfgang Clement, aseguró estar presionando en Bruselas para el fin de la moratoria y abrir el mercado europeo a las importaciones estadounidenses.

Estados Unidos considera que la moratoria europea a los OGM (organismos genéticamente modificados) es denunciable ante la Organización Mundial del Comercio. "En Estados Unidos hay demasiado nerviosismo respecto a nuestra moratoria porque está teniendo problemas de ventas en otras zonas del mundo, como Latinoamérica, donde no hay moratoria", dijo ayer una fuente de la Comisión Europea. En Europa ya hay cultivos transgénicos, de maíz y soja fundamentalmente, que se usan para alimentar al ganado. En España, como ayer recordó Arias Cañete, hay 25.000 hectáreas de maíz. "Los OGM", insistió, "no suponen ningún riesgo para la salud".

La organización Amigos de la Tierra denunció la pasada semana la ley aprobada en el Congreso de EE UU que condiciona la ayuda a los países más necesitados para luchar contra el sida a que acepten sus OGM, tras los cuales hay una importante industria. Pascal Lamy, comisario de Comercio, deploró ayer tal actitud. "Si ésa es la interpretación de la ley", dijo Lamy, "entonces me parece inaceptable".

Estudios científicos

La Comisión Europea está de acuerdo, sin embargo, con Arias Cañete y cree que la hora de levantar la moratoria está próxima porque hay suficientes estudios científicos que avalan la inocuidad de estos cultivos. Pero, dado el alto rechazo que los transgénicos producen entre los consumidores europeos (especialmente en Francia), se está esperando a que entren en vigor a finales de este año las normas comunitarias para dar al consumidor toda la información posible.

Sin embargo, la maraña legislativa amenaza con complicar el proceso. La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo decidió el jueves pasado introducir una medida aún más restrictiva sobre los OGM. Los ministros habían decidido obligar a etiquetar todos los productos destinados a la alimentación humana y animal que contuvieran más del 0,9% de OGM. La citada comisión parlamentaria, sin embargo, considera que ese umbral debe estar en el 0,5%.

Si el pleno de Parlamento Europeo, que en este caso tiene poder de codecisión con el Consejo, ratifica la postura de la comisión de Medio Ambiente, hará falta una negociación que desbloquee la situación y que, sin duda, retrasará el fin de la moratoria.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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