Aznar reformará la Ley de Extranjería para agilizar la expulsión de inmigrantes
José María Aznar, presidente del Gobierno, anunció ayer, a seis días de las elecciones, otra reforma de la Ley de Extranjería que endurece el control de la inmigración irregular y facilita las expulsiones, pero reduce los trámites burocráticos para trabajar legalmente en España. El cambio, tercero del PP (uno por cada ministro del Interior), introduce en la ley los 11 artículos del reglamento de Extranjería que anuló el Tribunal Supremo, adapta el texto a varias directivas de la UE y retoca los "derechos de los extranjeros". El cambio afecta a una veintena de los 70 artículos de la ley, según fuentes gubernamentales, e implica el endurecimiento de los requisitos para conseguir permisos de residencia.
La ley aumentará el control de quienes entren en España con visado de turista para quedarse
Los extranjeros que obtengan un visado de trabajo no tendrán que pedir permiso de residencia
"El balance en inmigración son tres leyes, tres ministros y tres fracasos", señala el PSOE
La reforma, que se verá en el Consejo de Ministros del viernes (día de cierre de la campaña), supone un endurecimiento por el mero hecho de incorporar los 11 artículos que tumbó el Supremo y que imponían restricciones que la ley no contemplaba, como las limitaciones a la libre circulación y al reagrupamiento familiar.
Pero son las directivas comunitarias, pactadas durante la presidencia española de la UE, las de mayor dureza. El texto incluirá el reconocimiento mutuo entre Estados de las órdenes de expulsión no ejecutadas, de forma que si se detiene a un irregular con una orden de expulsión alemana, ésta puede llevarse a cabo sin más. También se elevan las sanciones a las empresas de transportes que lleven a indocumentados sin comprobar antes sus papeles.
La ley aumenta la vigilancia sobre quienes entran en España con visado de turista de tres meses para quedarse. Para ello se harán informes en frontera sobre esas personas (con datos biométricos e incluso con una huella ocular, mediante escaneado del iris).
Aznar destacó ayer que la reforma elimina burocracia. Quienes logren un visado de trabajo en su país de origen (puesto que ya tienen previamente una oferta laboral) no tendrán que pedir un permiso de residencia al llegar a España, ya que dicho visado se le concederá automáticamente.
El Ministerio del Interior subrayó ayer en un comunicado que se pretende "el consenso de los partidos". Pero Consuelo Rumí, responsable socialista para estos asuntos, tras mostrarse abierta a un diálogo "al que el Gobierno siempre ha dado la espalda", calificó de electoralista la reforma. "El balance del Gobierno en inmigración son tres leyes, tres ministros y tres fracasos".
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