Madrid recibe piezas de las reales fábricas de los Borbones
Bellas Artes expone obras realizadas en Nápoles en el siglo XVIII
"La exposición es un placer de los sentidos y para el intelecto", afirmó ayer Antonio Bonet Correa, director del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid (Alcalá, 13), al presentar la exposición Las reales fábricas de los Borbones en Nápoles. La muestra, patrocinada por la región de Campania, presenta cartones y tapices, consolas y mesas en piedra dura, vestuario religioso, manufacturas en mayólica, esculturas, joyas de coral, piezas de porcelana y libros.
Ocho grandes cartones para tapices, de Giuseppe Bonito, de la serie de Don Quijote, procedentes del Palacio Real, de Nápoles, abren el recorrido de la exposición sobre un conjunto de piezas de las reales fábricas de Carlos y Fernando de Borbón en Nápoles, que se presentan hasta el 30 de junio en unas salas del Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
La exposición se inauguró ayer con Farinelli, un extracto del espectáculo Farinelli, Estasi in Canto, a cargo de la compañía Dimensione Art & Scena, con dirección de Anna Cuocolo y piezas musicales del siglo XVIII (Haendel, Hasse, Pergolesi, Broschi, Marais). La obra está dedicada a Carlos Broschi, conocido como Farinelli, el cantante italiano más famoso de Europa en el siglo XVIII, que en la corte de Fernando VI organizó espectáculos y entretenimientos reales. Su figura formaba parte de los contenidos de la muestra que en las mismas salas estuvo dedicada a Fernando VI y Bárbara de Braganza, presentada como Un reinado bajo el signo de la paz.
Las relaciones entre Madrid y Nápoles en el siglo XVIII se trasladaron a la actualidad al comentar la comisaria de la exposición, Vega de Martini, historiadora del arte, la novela Il disinganno, de Guido Donatone, sin traducción española, que trata "el alma española de Nápoles" y el patrimonio monumental de la Nápoles española.
Bonet Correa señaló que las piezas expuestas son "magníficas, de una finura y sensibilidad que tiene el siglo XVIII para las artes y los primeros Borbones". Las obras reflejan el "mundo cosmopolita del barroco académico", que tuvo en Nápoles uno de sus focos. "Es un verdadero regalo ver estas piezas de las artes suntuarias, no industriales". En el montaje ha intervenido Emanuela Gambini, arquitecta conservadora de Bellas Artes, que ha distribuido en las salas las obras procedentes de los palacios reales de Nápoles y Caserta, el Museo Correale, de Sorrento. Los cartones y seis tapices se mezclan con dibujos y mesas de piedras duras, vestuario religioso en seda, un busto de Fernando IV, de Canova, un Carlos III a caballo, de Foggini, 21 manufacturas en mayólica, 10 joyas de coral, 33 piezas de porcelana y dos volúmenes de la imprenta borbónica napolitana.
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