Los jóvenes renuevan la ciudad
Un paseo por el Bilbao que crece sobre el barrio de San Francisco, lo que será el barrio de Miribilla, permite disfrutar de los resultados de una urbanización de premio. Si el interesado acude hasta Barakaldo en la zona de Galindo quizás vea los primeros pasos de algunas de las intervenciones más interesantes que se realizarán en ese lugar. Y si se acerca hasta Vitoria podrá intuir lo que pasa por la cabeza de la veintena de arquitectos que preparan proyectos para Borrobizkarra, el área de expansión urbana al oeste de la capital alavesa. Son algunas de las pistas que conducen a un mismo destino: los premios Europan de arquitectura, destinados a arquitectos menores de 40 años que toman parte en la urbanización de las principales ciudades europeas.
Proyectos premiados con estos galardones se hacen realidad en varias localidades vascas
Europan es un foro de debate sobre la vivienda, la arquitectura y el urbanismo que lleva ya siete ediciones desde que comenzó su andadura en 1988. El objetivo principal del concurso es aumentar el intercambio de ideas entre los profesionales europeos, además de conseguir una mejora del urbanismo de las ciudades, ya que la organización se compromete a que los proyectos se lleven a cabo.
Estos galardones suelen pasan con discreción por los medios de comunicación, pero sus resultados son bien visibles para los ciudadanos. La última vez que se tuvo noticia de ellos en el País Vasco fue en Vitoria, el pasado mes de marzo, cuando un grupo de arquitectos visitó uno de los emplazamientos elegidos por la organización, tras recoger todas las propuestas presentadas por las ciudades de más de veinte países del continente. Estos arquitectos seleccionados se enfrentan a Borrobizkarra, uno de los vacíos existentes entre lo que es hoy en día Vitoria y la zona de expansión por el Oeste.
Son 13 hectáreas (que se quedan en 10 en el área de intervención) situadas en el cruce de la antigua circunvalación con la Avenida de los Huetos. El jurado sugiere siempre algunas líneas de trabajo. En esta ocasión señala: "Entenderemos como enriquecedora la mezcla de tipologías diversas de vivienda que suponen la convivencia de diferentes clases sociales como configuradoras del verdadero espacio urbano".
Algo similar a lo que ya se puede ver en la urbanización del barrio de Miribilla de Bilbao, que se presentó en la cuarta convocatoria de los premios Europan. El premiado para la recuperación de lo que eran la antiguas minas de Bilbao fue el equipo de Eduardo Belzunce, Luis Díaz Mauriño y Francisco Burgos, de Madrid. Aquí se trató de activar un vacío urbano que está a medio camino entre el centro y la periferia, lo lleno y vacío, entre el río y el monte y entre lo urbano y lo minero. Y, a juicio de los bilbaínos, parece que han conseguido recuperar esta zona que hasta hace poco era de lo más degradado de la capital vizcaína.
Pero también hay aportaciones en edificación muy interesantes, todas ellas en Barakaldo, población que resultó seleccionada en la quinta y sexta ediciones de los Europan. En la quinta ocurrió una circunstancia reseñable: la zona sobre la que había que trabajar era la de Galindo, muy degradada por su anterior uso industrial y en cuya revitalización reside el futuro de Barakaldo. Pero los tres proyectos premiados no se ajustaban a los requerimientos urbanísticos, por lo que se les encargó a esos tres equipos que realizaran otros proyectos para el área Galindo Norte, en Lasesarre. Y ahí es donde Eduardo Arroyo está trabajando en el futuro campo de fútbol del Barakaldo. Arroyo ya es conocido en la localidad de la margen izquierda por su controvertido parque de Desierto.
Por su parte, Federico Soriano (autor del Palacio Euskalduna) ha proyectado un bloque de 220 viviendas que bebe de las estructuras macladas de Chillida, con un gran patio interior de manzana en donde se va a jugar con una fachada de vidrio con cristales de diferente color, textura o transparencia. Por último al equipo alemán de Sandra Toffer y Dirk Bertuleit se les ha asignado el diseño de un parque para Lasesarre que jugará con la creación de una topografía artificial.
A la espera de conocer los resultados de todas estas iniciativas, se puede acudir hasta Basauri, donde los madrileños Alberto Martínez y Beatriz Matos, ganadores en la segunda edición, resolvieron en el polígono de Uribarri dos manzanas de viviendas que merecen visita por su tratamiento de los volúmenes.
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