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Reportaje:

Peligros de un 'peso fuerte'

El Banco Central triplica el plazo que concedía a los exportadores para vender dólares

El Banco Central de Argentina ha triplicado el plazo que otorgaba a los exportadores para vender dólares y emitirá pesos porque la apreciación del 20% que registra esa moneda a lo largo de este año empieza a amenazar el ritmo de las exportaciones y la incipiente recuperación.

Argentina ya no exigirá a los exportadores que vendan los dólares que cobran por sus ventas al exterior a través del banco central y ampliará a 90 días el plazo de 30 días que tenían para venderlos, informó el banco. También ha elevado a 500.000 dólares, frente a 300.000, la cantidad de dólares que las personas o las empresas pueden comprar libremente y permitirá a las corporaciones transferir dinero al exterior para pagar deudas.

"Esas medidas limitarán claramente la apreciación del peso", señala el economista Luis Secco, que dirige su propia organización de investigaciones económicas. "Las industrias que se beneficiaron con un peso más débil están encabezando la recuperación económica, y el fortalecimiento del peso afecta a la actividad económica".

Argentina quiere impedir que el peso se siga fortaleciendo para mantener la competitividad de sus exportaciones y salir de la peor recesión de su historia, afirmó el ministro de Economía, Roberto Lavagna. El peso, que fue la segunda moneda con peor comportamiento mundial en 2002, se revaluó fuertemente en 2003 debido a una sobreoferta de dólares debido a las crecientes exportaciones.

Argentina impuso controles de capitales en enero de 2002, después de declarar la suspensión de pagos sobre bonos por valor de 95.000 millones de dólares y devaluó la moneda, que el año pasado perdió dos tercios de su valor. El Gobierno comenzó a suavizar los controles en enero de este año.

Argentina obtuvo permiso del Fondo Monetario Internacional para emitir unos 3.000 millones de pesos (1.070 millones de dólares) y usar esos fondos para comprar dólares, recordó Lavagna.

La economía argentina, que el año pasado se contrajo un 11%, está mejorando gracias a la devaluación del peso, que permitió mejorar las exportaciones y aumentó la demanda de productos fabricados en el país al hacerlos más baratos que los importados. Argentina mantuvo su peso ligado al dólar durante 10 años hasta que el impago de los bonos la forzó a devaluar en enero de 2002. La tasa de cambio fijo impidió a muchas empresas nacionales competir con firmas extranjeras.

El fortalecimiento del peso ha impulsado al Gobierno a bajar su pronóstico de inflación para este año al 14%, desde el 22%. El FMI también ha reducido su pronóstico a un 15%-20%.

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