Un tren arrolla a un autobús en Hungría y mata a 34 turistas alemanes
El accidente se produjo en un paso a nivel sin guardabarrera cerca del lago Balatón
Un tren arrolló en Hungría, cerca del lago Balatón, a un autobús de dos pisos lleno de turistas alemanes, mató al menos a 34 y dejó a varios malheridos, algunos en estado grave. El autobús, con turistas procedentes del norte de Alemania, quedó parado en la vía en un paso a nivel sin guardabarreras con un semáforo que regulaba la travesía de la vía del ferrocarril. Las causas del accidente no se han aclarado, aunque, según algunas versiones, el conductor pudo quedar deslumbrado por el sol y no advirtió la llegada del tren, que circulaba a 100 kilómetros por hora.
Otros testigos relatan que el autobús cruzó hacia la vía, cuando el semáforo estaba verde, pero quedó allí parado como consecuencia de un atasco de tráfico. En ese intervalo fatal, el semáforo se puso rojo para advertir de la llegada del tren, pero el conductor ya no pudo mover el autobús. El tren arrastró al autocar durante unos 150 metros antes de detenerse. El autobús quedó partido en dos y ardió.
El tren cubría el trayecto entre Budapest, la capital húngara, y Nagykaniza, y el accidente se produjo en los alrededores de la ciudad de Siofok, cerca del lago Balaton, en una zona que es destino turístico habitual para muchos alemanes.
La locomotora y el primer vagón del tren descarrilaron, pero sólo el maquinista resultó herido. Testigos del accidente describieron un cuadro dantesco, "una imagen terrible", según un periodista húngaro. Los cadáveres quedaron agrupados bajo un plástico enorme. La identificación de las víctimas resultaba difícil porque los cuerpos quedaron destrozados.
Todo indicaba que iba a ser un día ideal para los turistas alemanes, que se habían levantado temprano para visitar el lago Balatón, a unos 100 kilómetros de Budapest, y se preparaban ya, en un día soleado, para el desayuno en un local próximo al lugar del accidente, que ocurrió a las 8.40.
El Ministerio alemán de Exteriores declaró que creía que los turistas procedían de los länder (Estados federados) de Baja Sajonia y de Schleswig-Holstein, en el norte de Alemania. Una portavoz de la asociación alemana de autobuses no pudo precisar la procedencia concreta de los turistas ni sus edades. El primer ministro húngaro, Peter Medgyessy, acudió al lugar del accidente y se mostró impresionado por la catástrofe.
"Se trata quizá", manifestó, "del accidente de autobús más horrible de la historia de Hungría". Medgyessy envió sus condolencias al canciller alemán, Gerhard Schröder.
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