Buenos Aires abre una oficina para facilitar los rodajes
La coincidencia en el tiempo de cientos de jóvenes argentinos dedicados a la producción de cine, cortos publicitarios o programas de televisión, además de los extranjeros que llegan a filmar en Buenos Aires para aprovechar sus variadas escenografías y los bajos costes a causa de la devaluación del peso frente al dólar, impulsaron la apertura de Buenos Aires Set de Filmación (Baset), una oficina del Gobierno de la ciudad dedicada a resolver problemas, tramitar permisos, programar las jornadas de filmación en los edificios públicos más requeridos, coordinar la seguridad con la policía y facilitar los servicios especiales que se requieran.
David Blaustein, director del Museo del Cine, fue el que alertó al secretario de Cultura del Gobierno autónomo de la ciudad sobre la necesidad que se había creado. Mariano Fernández Bussy, director de Baset, dice que la demanda obligó a concentrar el servicio en un sitio. "Antes los productores debían recorrer varias dependencias del Gobierno para conseguir los permisos, y resolver todo en un solo lugar les ahorra tiempo y dinero".
Los realizadores valoran la diversidad de estilos arquitectónicos, el río cercano, las plazas y la cantidad de sitios derruidos o galpones vacíos, que permiten recrear épocas, barrios del pasado o paisajes del futuro.
En Buenos Aires se filmó la Evita de Alan Parker, situada en los años cincuenta del siglo pasado; Highlander III, de Andrew Morahan; el año pasado, Imagining Argentina, con Antonio Banderas, y el último verano, parte de The motorcycle diaries, del brasileño Walter Salles, basada en los viajes adolescentes del Che Guevara. A fines de marzo, Luis Puenzo, ganador de un oscar en 1985 con La historia oficial, rodó en Buenos Aires escenas de su nueva película, La puta y la ballena, protagonizada por Aitana Sánchez-Gijón.
30 producciones
Baset ya ha colaborado con más de 30 producciones de películas y filmes publicitarios. El problema es ahora conseguir equipo técnico, porque no hay suficiente para todos. Las empresas que asisten a las producciones extranjeras tienen comprometido su personal y equipos hasta fines de año.
El director de El hijo de la novia, Juan José Campanella, que debía comenzar a rodar en junio su nuevo filme, Luna de Avellaneda, luego de postergarlo en abril, deberá esperar probablemente hasta agosto para contar con el grupo de técnicos con los que trabaja habitualmente.
Los cámaras con experiencia son disputados como estrellas del fútbol por los directores argentinos y deben competir en las pagas ofrecidas y los presupuestos con las ofertas de las producciones extranjeras.
Babelia
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