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Comienza la restauración de las fachadas de la iglesia del Pi

"El Pi está enfermo"; esta es la opinión de Josep Maria Martí Bonet, delegado episcopal del Patrimonio Cultural del Arzobispado de Barcelona, y de Marc Mayer, director general de Patrimonio de la Generalitat. Para hacer frente a este problema, la Iglesia y la Generalitat comenzarán en los próximos días la primera fase de las obras de restauración de esta iglesia del siglo XIV. Unos trabajos que por ahora se centrarán en las fachadas y la cubierta, y que tienen un presupuesto superior a 240.000 euros, cantidad aportada por Bancaixa. Josep Maria Botey, arquitecto responsable del plan integral de rehabilitación, trabaja en la conclusión de "la primera documentación lo suficientemente fiable sobre la estructura del edificio". El arquitecto, que realizó la reforma de la Pia Almoina, ha fijado las fachadas y la cubierta como zonas que requieren una actuación inmediata, trabajos que prevé que concluirán antes de las próximas navidades. También se intervendrá en la protección de las vidrieras, que presentan una situación "crítica".

La erosión causada por la climatología, la vegetación, el cableado, el vandalismo y los excrementos de palomas han deteriorado las piedras de las fachadas del templo hasta originar el desprendimiento de algunas piezas y "generar una situación de inseguridad", dijo el portavoz del Arzobispado. La actuación que propone Botey supone la limpieza de la superficie, eliminación de vegetación, reparación de las grietas y reposición de piezas desaparecidas. El arquitecto anunció una intervención más profunda en la cubierta del templo, en la que se hallaron fisuras y filtraciones de aguas. A esto hay que añadir que el aumento en los últimos años del nivel freático de la ciudad "ha generado una torsión de la pieza, por lo que es necesario quitar peso de la cubierta para no afectar la estructura del edificio", comentó Botey. Una vez concluidos estos trabajos, se prevé una segunda fase de actuación que se basará en la sustitución definitiva de los elementos dañados, para concluir con una limpieza total del templo. Estas intervenciones quedan pendientes de la obtención de nuevos fondos.

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