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UNA NUEVA ENFERMEDAD

La OMS retira la recomendación de que no se viaje a Toronto

La ciudad deberá extremar los controles para no exportar la infección

La Organización Mundial de la Salud (OMS) sacó ayer a Toronto de la lista negra de destinos peligrosos por la neumonía asiática. Gro Harlem Brundtland, la directora general de la OMS reconoció que la enfermedad está bajo control en Canadá, pero pidió a las autoridades que extremen las precauciones en los aeropuertos para evitar que el síndrome salte a países sin medios para atajarlo.

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Toronto, muy afectada económicamente por la caída del turismo, recibió la noticia del levantamiento del veto con gran alivio. La decisión de la OMS fue anunciada en Ginebra tras analizar la magnitud de casos probables, la última fecha en que se produjo una transmisión fuera de un ámbito de control y la última fecha de exportación de casos. Vistos esos parámetros, la organización mantuvo la recomendación de que no se viaje a Hong Kong, Pekín y las provincias chinas de Guandong y Xianxi, pero se lo levantó a la ciudad canadiense. "Lo que no quiere decir que Toronto haya dejado de ser una zona afectada", subrayó Brundtland, que instó a las autoridades a extremar el control sobre los viajeros que salen del país. El lunes, 69 personas seguían hospitalizadas en Toronto, donde la neumonía ha costado 21 vidas.

La recomendación de no viajar a Toronto fue emitida hace una semana, cuando había 103 hospitalizados, y tres días después de que se produjera la última infección, en un hospital. Lo que motivó entonces la decisión fue la exportación de casos, "más de uno", dijo ayer Brundtland. "No hemos visto más casos de exportaciones y mañana se cumplen los 20 días de la última infección" que se produjo fuera del universo hospitalario. Veinte días es el doble del periodo de incubación de la enfermedad.

La decisión de levantar el veto fue recibida con gran satisfacción en Canadá. El Gobierno se había reunido por la mañana en la ciudad de Toronto para mostrar su solidaridad con los vecinos, aunque no les ofreció un céntimo para cubrir los costes multimillonarios de la caída del turismo. "No hay una propuesta clara" de ayuda, dijo el primer ministro, Jean Chrétien, al concluir la sesión del Gabinete, la primera celebrada fuera de la capital, Ottawa, en más de una década.

Habrá cobertura de paro para los trabajadores autónomos que han tenido que ser sometidos a cuarentena, se ofrecerá ayuda a los empleados a tiempo parcial perjudicados (hasta ahora no cubiertos) y se será tolerante con quienes tengan problemas para el pago de las hipotecas, pero no habrá un paquete de salvación concreto para los negocios afectados por la inactividad económica en Toronto.

No hay cifras oficiales sobre los daños sufridos en la ciudad, pero algunas estimaciones los han elevado hasta 2.000 millones de dólares canadienses (en torno a los 1.500 millones de euros). "Ha habido caída de la actividad en Toronto, pero también en Vancouver y Montreal. No es sólo Toronto, es todo el país", insistió Chrétien. "No vamos a subvencionar a nadie. Así es como funciona el sistema".

Mientras Chrétien hablaba en el hotel donde deliberó el Gabinete, una coalición ciudadana de negocios relacionados con el turismo presentaba en un teatro próximo una campaña para restaurar la imagen de Toronto en el mundo. Es un trabajo que llevará tiempo.

Algunos críticos de la campaña han pedido que, en vez de que los políticos lleven esa iniciativa, sean famosos quienes pongan la sonrisa por la ciudad. Hasta ahora ha sido todo lo contrario. La actriz Halle Berry fue la última en desertar. La ganadora del Oscar de 2002 a la mejor actriz debía comenzar en próximas fechas un rodaje en Toronto, pero ha pedido que la película se filme en otro lugar. Berry expresó su temor antes de que hablara la directora general de la Organización Mundial de la Salud.

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