La amarga fruta paraguaya

Los paraguayos votan hoy a su presidente para los próximos cinco años. El Gobierno de Luis González Macchi ha dejado de pagar este año 200 millones de dólares a los acreedores y a los funcionarios. En una economía estancada desde 1998, el candidato favorito, Nicanor Duarte, planea la reestructuración de la deuda externa pero descarta el inicio de las privatizaciones.

La mitad de los paraguayos trabaja en la economía 'negra' y el 15% está en el paro; un tercio de la población vive en la pobreza

Paraguay ha sido gobernada por el populista Partido Colorado desde 1947, tanto bajo periodos democráticos como militares, y las encuestas anticipan que su hegemonía continuará. Duarte, que esta semana ha comenzado a preparar su programa económico, cuenta con un 38,1% de las intenciones de voto. Lo sigue Pedro Fadul, un empresario nuevo en la política que ha formado el movimiento Patria Querida y alcanza el 28,8% de las adhesiones. Su discurso apunta contra la corrupción, la delincuencia y el clientelismo político, y a favor de la disciplina fiscal y la apertura económica. No hay que olvidar que la mitad de los paraguayos trabaja en la economía negra y que el 15% está en el paro.

Cualquiera que gane deberá enfrentarse a una situación apremiante. Los índices económicos son relativamente peores que los que sufrió Paraguay tras perder la devastadora Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), contra Argentina, Brasil y Uruguay, sus actuales socios comerciales de Mercosur. En 2002, la economía se contrajo el 4,4%, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), mientras que Brasil atravesaba turbulencias en los mercados, como en 1998, y Argentina tocaba fondo en su hundimiento. El efecto tango repercutió en Paraguay: debilitó al comercio exterior y fronterizo, quebró a uno de los mayores bancos y redujo las remesas de familiares emigrados. Las devaluaciones de las monedas de ambos vecinos contagiaron al guaraní y la inflación ascendió al 14,6%. El FMI, que se ha negado a firmar un acuerdo con Asunción por la falta de reformas, predice que el PIB seguirá declinando este año, el 1%, y los precios al consumidor se elevarán el 17%. El Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep) predice que, en un escenario optimista, las buenas cosechas de soja y algodón permitirán una expansión del 1,5%, un pronóstico menor al de sus dos socios mayores de Mercosur.

Pagos atrasados

Paraguay viene retrasándose en la devolución de créditos del Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que han dejado de desembolsarle nuevos préstamos. González Macchi, acusado de corrupción e ineficiencia, no ha declarado la suspensión de pagos, pero en los hechos ha sucedido. También se entró en moratoria con acreedores privados de Taiwan -que asiste a Paraguay a cambio de su reconocimiento como país- por un crédito de 400 millones de dólares cuya garantía radica en las reservas del Banco Central. El Gobierno está echando mano de esos recursos para financiar los gastos corrientes. La deuda pública, incluida la de las empresas estatales, asciende a 2.200 millones, el 49% del PIB. El déficit fiscal subió el año pasado al 2,5% del PIB y sólo pudo financiarse con crédito interno, pero el desajuste se repetirá este año y se desconoce el medio para salvarlo.

Un tercio de los paraguayos son pobres y los funcionarios amenazan con huelgas si no les aumentan el 35% su sueldos. El candidato Duarte promete reformar un Estado que "no existe" o está dominado por grupos de presión, pero advierte de que no privatizará la telefónica (cuyo proceso de venta se suspendió en 2002 por un caso de corrupción), la eléctrica, la fábrica de cemento, la empresa de agua potable o la gestora de puertos.