Cultura ocultó informes sobre las obras en la basílica de Valencia
La Consejería de Cultura ocultó varios meses a la Asociación de Amigos del Centro Histórico de Valencia dos informes referidos a la intervención en la cúpula de la basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia. Los dos informes que ahora se han conocido concluían que la intervención era innecesaria.
Dos de los técnicos que formaban parte de la comisión inicial creada por la Consejería de Cultura para supervisar el Proyecto de Intervención en las cúpulas de la Basílica de la Virgen de Valencia, el catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya, José Luis González Moreno-Navarro, y el profesor de la Escuela de Arquitectura de Madrid, Santiago Huerta, consideran innecesaria la intervención en sendos informes que redactaron hace un año.
El proyecto de rehabilitación arquitectónica, dirigido por el catedrático de la Universidad Politécnica de Valencia, Ignacio Bosh, fue impulsado por una fundación creada por el arzobispado. Su objetivo es restaurar los frescos de Palomino y la segunda cúpula sobre los que se pintaron, al considerar que estaba en muy mal estado. Se llegó a decir que se corría el riesgo de derrumbe de la cúpula. La polémica intervención empezó en 1997.
En sus conclusiones, sin embargo, Moreno-Navarro señala que no "es racional ni coherente ni riguroso someter a la cúpula interior a la intervención propuesta". Ilustra su opinión con el símil de "una persona de avanzada edad y con buen estado de salud, sobre la cual no se le ha diagnosticado de manera fehaciente ningún tipo de enfermedad a la que se le aplica un tratamiento médico totalmente innecesario". Así pues, considera que la intervención es un gasto "totalmente innecesario", además de correr el riesgo de hacer "enfermar" al sano.
En términos similares se manifiesta Santiago Huerta: "La cúpula está en buen estado y no se aprecian daños o deformaciones que hagan temer por su seguridad". Es "un gasto inútil y un riesgo innecesario" colocar bandas de refuerzo o rellenar las juntas, según el proyecto de restauración, agrega. Además, colgar la cúpula interior de más de 300 tirantes, de acuerdo con el proyecto, destruiría la "esencia constructiva" del monumento. También "es inútil e innecesaria" la pretensión de disponer de relleno también dado que la cúpula "no parece haberlo necesitado durante 300 años".
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