La liberalización de la telefonía da lugar a un duopolio en Euskadi
La pugna entre las dos compañías deja a las demás operadoras con sólo un 9% del mercado
La liberalización de las telecomunicaciones ha sido en Euskadi todavía más imperfecta que en el resto de España. En la comunidad autónoma sólo dos empresas pujan la mayoría de las veces en los concursos públicos de telefonía y copan el mercado de móviles e Internet. Mientras en el resto de España son cinco las operadoras principales que compiten en un mercado abierto, en Euskadi se ha pasado del monopolio de Telefónica a una situación de duopolio, con Euskaltel como segunda referencia. El resto de las empresas, que se reparten un exiguo el 9% del mercado, se ha quedado fuera de juego.
La competencia que se presumía con la liberalización de las telecomunicaciones, se ha limitado en la comunidad autónoma a la pugna entre Telefónica para mantener su hegemonía y la operadora de ámbito exclusivamente vasco Euskaltel para crecer en un mercado que considera que le pertenece por vocación. El resto de los posibles competidores han quedado desplazados en el fragor de la batalla, que ha llegado también a los juzgados. Telefónica ha recurrido a los tribunales la adjudicación a Euskaltel de los concursos de telefonía de la Diputación Foral de Vizcaya (seis millones de euros anuales) y del Ayuntamiento de Getxo, ambos gobernados por el PNV, por considerar que su oferta era mejor.
La sospecha de contaminación política en la competencia telefónica es una de las facetas de un pulso que también se libra palmo a palmo, empresa a empresa, domicilio a domicilio, entre las dos empresas que se llevan más del 90% del mercado. El resto, como Uni2, Jazztel o BT, prácticamente han dado por perdida la posibilidad de acceder a los grandes contratos, a pesar de las fuertes inversiones realizadas en su propia red, y se tienen que conformar con segmentos más especializados. Cuando en otras comunidades lo habitual es que al concurso para los servicios de telefonía e Internet de un gran ayuntamiento se presenten entre seis y diez operadoras, como apunta un profesional del sector, en Euskadi la concurrencia se limita en la gran mayoría de los casos a dos, o a tres como mucho.
Si en el resto de España la competencia en el mercado de las telecomunicaciones sigue enmarcada en el conflicto entre Telefónica, el antiguo monopolio, que no quiere perder terreno, y el resto de las compañías, en el País Vasco esa batalla sólo la libra Euskaltel, firma a la que el resto acusa, soterradamente, de aprovecharse de su imagen de "empresa nacional" vasca para optar a una situación predominante de mercado.
Licencias municipales
Su nacimiento en 1996, como un concesión atípica para Euskadi de la licencia de la antigua Retevisión (Auna), fue uno de los frutos del apoyo del PNV a la primera investidura de José María Aznar. La red principal de la compañía que preside ahora el ex lehendakari José Antonio Ardanza, Euskalnet, fue creada por el Gobierno vasco a la vez que construía las canalizaciones de gas natural y posteriormente donada a Euskaltel. Una situación de partida muy beneficiosa y radicalmente diferente a la del resto de las operadoras, que se encuentran un panorama caótico a la hora de recibir las licencias municipales para instalar antenas, cablear las ciudades y poder ofrecer un servicio propio.
"Cuando no existe un criterio técnico unificado, triunfa la política, y en una comunidad como esta, dejar en manos de los políticos el desarrollo de un sector como el de la telefonía genera muchos problemas", asegura un directivo de UNI2. Las empresas de telecomunicaciones están satisfechas de cómo ha funcionado el sistema en Bilbao, pero se quejan de los ayuntamientos de Vitoria y San Sebastián, donde disponen de tramos dispersos e inconexos, lo que impide ofrecer un servicio directo a los ciudadanos y empresas sin tener que acudir al engorroso sistema de la preasignación.
Un informe de marzo del Servicio de Defensa de la Competencia puso en conocimiento del Tribunal de Defensa de la Competencia que Telefónica abusa de su posición de dominio al poner trabas a los abonados que quieren cambiar de compañía y han de utilizar ese sistema de preasignación. En esa contexto gana el que mejor infraestructura tiene y en este caso son Telefónica y Euskaltel, cuya red fue creada con dinero público y después pasó a manos privadas por un precio simbólico. El Gobierno vasco justificó la decisión con el objetivo de favorecer la competencia.
Telefónica responde que la competencia significa que todas las operadoras puedan competir en igualdad de condiciones, como en el sector energético, o en el de máquina herramienta.
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