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El retraso en la conexión pirenaica del AVE frena el futuro de la exportación

Nula reacción en Valencia al desinterés de Francia por el túnel ferroviario

Mientras crece la saturación del tráfico de mercancías por el corredor mediterráneo a través de la autopista A-7 y la N-340, el paso ferroviario por el Pirineo sigue sin resolverse. De hecho, se acaban de paralizar las negociaciones para hacer el túnel del AVE entre Figueres y Perpiñán por el desinterés de Francia. Todo ello lastra el futuro de las exportaciones valencianas, según advierte el Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia.

El último capítulo sobre la falta de salida ferroviaria hacia Europa de la Comunidad Valenciana ha sido la paralización del túnel pirenaico por la ruptura de las negociaciones entre la comisión intergubernamental hispano-francesa y las empresas Dragados y Bouygues, que habían logrado la concesión para su construcción.

Las exportaciones valencianas siguen sin encontrar una vía futura y alternativa al saturado transporte por carretera. En Irún y La Jonquera, el tráfico de camiones pesados llega al elevadísimo promedio de uno cada siete segundos. Además, en el horizonte se cierne la amenaza de gravar económicamente el paso de camiones por territorio francés. "Urge una solución a la conexión pirenaica", manifiesta Gregorio Martín, director del Instituto de Robótica de la Universidad de Valencia, que postula desde hace tiempo abrir un paso ferroviario.

El trasfondo del problema es el desinterés de Francia por abrir nuevas conexiones, lo que puede perjudicar seriamente el futuro de la competitividad de la economía valenciana. El país vecino quiere asegurarse el puerto de Marsella como puerta marítima del sur de Europa antes de enfrentarse a la competencia que representan los puertos de Valencia, Tarragona y Barcelona, bien conectados con el norte de Europa y con las capitales centroeuropeas. Además, Francia ha mostrado su escaso interés por poner en marcha el tramo ferroviario de Canfranc, una vía de transporte internacional largamente reclamada desde la Comunidad Valenciana. Sin menoscabo de la función de los puertos valencianos como fachada mediterránea del centro peninsular, la intermodalidad de los mismos abre muchas posibilidades.

El Instituto de Robótica insiste en que es necesario "el replanteamiento del rechazo francés a un nuevo trazado por el Pirineo central", al tiempo que se busca acondicionar la parte francesa para garantizar la continuidad por la línea Zaragoza-Canfranc-Pau, así como la autovía Zaragoza-Somport (que incluiría la aún en construcción autovía Sagunto-Somport). Además, Francia debería garantizar la alta velocidad del ferrocarril entre Perpiñán y Nimes, para asegurar la rentabilidad del corredor.

Sólo en el seno de la Unión Europea se pueden solventar estas diferencias. Los proyectos se han de afrontar "siempre desde una perspectiva europea y no desde una óptica de Estado", apunta Gregorio Martín. En consecuencia, es fundamental conseguir financiación de la UE para hacer frente a los múltiples retos y al supuesto conflicto de intereses entre España (su corredor mediterráneo) y Francia. De otra forma no se puede concebir el eje latino.

Pese a que este eje mediterráneo ha sido instrumentalizado y esgrimido a modo de bandera y eslogan por el Gobierno valenciano del PP, la reacción de las instituciones valencianas y de las organizaciones empresariales ha sido nula ante la reciente ruptura de las negociaciones para la construcción del túnel pirenaico. No ha sido así en Cataluña, donde el alcalde de Barcelona, Joan Clos, la Cámara de Comercio y otras entidades han reclamado al Gobierno central una cumbre entre Francia y España para enderezar las negociaciones.

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