¿Por qué ahora?
El señor Saramago firma un breve artículo en EL PAÍS del lunes 14 de marzo refiriéndose a los últimos desmanes del régimen de Castro. Dice: "Hasta aquí he llegado. De ahora en adelante, Cuba seguirá su camino; yo me quedo". Mis preguntas al señor Saramago serían las siguientes: ¿por qué ahora?, ¿por qué no antes? Porque el asunto no es precisamente una novedad: hace ya ¡43 años! que Fidel Castro rige el destino de Cuba..., y lo rige según se levante por la mañana, y no hay nada esencialmente nuevo, ahora: su régimen ha sido siempre una autocracia, de corte marxista, en la que nunca han estado permitidas las libertades de expresión, asociación, movimiento, más allá de los intereses del momento. Asimismo, han existido siempre represión, disidentes y presos políticos. Un cuarto de la población de la isla, ¡tres millones de personas!, han tenido que exiliarse.
Yo creo, señor Saramago, que, al igual que muchas otras personas que han justificado y hasta aplaudido históricamente al régimen de Castro, debería usted quedarse ahora: por coherencia intelectual. Y soportar el oprobio, si es que empieza a sentirlo, y responder de su connivencia... de su idealismo..., tal vez, pero ciego.
Porque al señor Castro nos lo han vendido ustedes, por lo menos desde que yo era pequeño, como un viejo roquero, un icono divertido de la izquierda y un símbolo de la resistencia al imperialismo. Pero Fidel Castro ha sido siempre lo mismo, y lo ha sido constantemente y fiel a sí mismo, y delante de los diletantes ojos de usted y de muchos intelectuales que no han condenado a tiempo la obviedad: un tirano.
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