La fatiga es el síntoma que los pacientes con cáncer toleran peor

Un 75% de los enfermos de cáncer sufre una gran fatiga por la anemia que desarrollan en algún momento de la enfermedad tumoral, y el 61% declara que este síntoma altera mucho más su calidad de vida que el dolor y la depresión. Sin embargo, médicos y pacientes coinciden en que la fatiga es uno de los problemas menos tratados por los oncólogos.

La anemia es el problema hematológico más frecuente en los enfermos de cáncer y una de las principales secuelas de la enfermedad tumoral y su tratamiento, especialmente de la quimioterapia. El 78% de las leucemias, alrededor del 34% de los cánceres de pulmón, el 25% de los linfomas y el 18% de los tumores mamarios precisan en algún momento una transfusión por la anemia.

Úrsula Goldman-Posch, paciente de cáncer de mama, transmitió su propia experiencia en una reunión en Viena: "La fatiga que genera la anemia en el paciente con cáncer es tal que nos impide hacer una vida normal. Muchos enfermos se ven obligados a pedir la baja laboral y a llevar una vida en versión de cámara lenta".

Según Simon van Belle, catedrático de Oncología Médica de la Universidad de Gante (Bélgica), la anemia es la falta de glóbulos rojos suficientes para mantener una adecuada oxigenación de todos los tejidos del organismo. Se habla de anemia leve cuando la hemoglobina (concentración de glóbulos rojos) está entre 10,5-12 gramos por decilitro de sangre, moderada cuando se sitúa entre 8-10,5 y grave cuando está por debajo de 8.

Este especialista hizo referencia al estudio prospectivo ECAS (European Cancer Anaemia Survey), pendiente de publicación y realizado entre 2000 y 2002, en el que participaron más de 15.000 pacientes oncológicos y 1.000 médicos de 75 centros hospitalarios pertenecientes a 24 países europeos, entre ellos España. "La principal conclusión", explicó, "es que más del 60% de los pacientes oncológicos con anemia diagnosticada no son tratados por esta causa. También se ha observado que de cada tres enfermos que aún no habían sido sometidos a tratamiento, uno ya sufría la patología anémica, de lo que se desprende que en este caso el propio cáncer era la causa directa".

Según Sergio Pecorelli, director de la Unidad de Oncología Ginecológica de la Universidad de Brescia (Italia), "el nivel de hemoglobina influye en la supervivencia, observándose las tasas más bajas de supervivencia con los niveles más bajos de hemoglobina".

A juicio de Pere Gascón, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico de Barcelona, numerosos datos clínicos han demostrado que el tratamiento con la hormona recombinante eritropoyetina aumenta significativamente los niveles de hemoglobina, disminuyendo así los requerimientos transfusionales.

"Hasta hace poco", afirmó, "el síntoma que más ha preocupado era el dolor. Sin embargo, si preguntamos a los pacientes qué es lo que más deteriora su calidad de vida, la mayoría responderá que la fatiga causada por la anemia. Del mismo modo que se ha demostrado que un modelo eficaz de analgesia mejora la respuesta al tratamiento, un buen control de la anemia aumenta el éxito de la terapia antitumoral".