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PREMIOS ORTEGA Y GASSET DE PERIODISMO

Roberto Pombo rememora el tiempo en que Colombia vivía sin violencia

"Siento tristeza al tener que recurrir a los recuerdos", dice el autor

"...y regresar vivo a la casa". Cuando Roberto Pombo acabó su artículo con esta frase notó que se le saltaban las lágrimas, algo poco frecuente en un profesional del periodismo. "Sentí la tristeza de que haya que recurrir a los recuerdos para imaginar un país vivible", explicaba ayer el periodista colombiano. Acababa de conocer la concesión del premio Ortega y Gasset por ese trabajo.

"...y regresar vivo a la casa" es el título -y el colofón- del artículo publicado por Roberto Pombo (Bogotá, 1956) a finales de diciembre pasado en la revista Cambio. Una página dedicada a "una recuperación visceral y nostálgica de lo que se podía hacer en Colombia cuando no había violencia", detalla el autor. En el artículo traza una "pequeña lista de cosas inútiles que sería maravilloso poder hacer de nuevo algún día". Un inventario que incluye aquellos viajes habituales "en las épocas en las que se podía caminar por la calle" y que la violencia de la guerrilla y los paramilitares han convertido en acciones imposibles.

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"Hace un par de noches le estábamos haciendo una sobremesa charlada a una comida en mi casa, y mis hijos me preguntaban qué cosas hacía un tipo como yo en Colombia, en las épocas en que se podía caminar por la calle, viajar o, como diría el maestro Echeandía, salir a pescar de noche. Pensándolo bien, nada de lo que quisiera volver a hacer es demasiado importante, pero qué felices éramos por el simple hecho de poderlo hacer". Así inició Pombo su artículo, una enumeración de actividades rematada con una sentencia: "y llegar vivo a casa".

"Se me volvieron a saltar las lágrimas al ver que llegaba una gran cantidad de cartas de gente que se identificaba con el artículo", asegura el galardonado. Agradece la concesión del premio por algo que suele estar reñido con la actualidad periodística, el recuerdo. "Considero que es un premio a la esperanza de que la nostalgia pueda ser algo de futuro", afirma este profesional de 47 años.

Pombo dedica el galardón "a los periodistas colombianos y, en especial, a los de la revista Cambio". "Ser colombiano ya es una profesión de riesgo. Si además se es periodista, el riesgo aumenta", afirma. Sin embargo, rehuye el victimismo.

"La prensa colombiana juega un papel muy importante, tanto para interpretar un país complejo como en la lucha contra la violencia", defiende Pombo. "Su tarea fue crucial en la época del narcoterrorismo, pero también lo seguirá siendo ahora que existe una violencia similar con un origen diferente", asegura .

Roberto Pombo, que se define como un "optimista irremediable" recibió la noticia del galardón en México (Distrito Federal) donde trabaja en la edición local de Cambio,una revista cuyo consejo editorial preside Gabriel García Márquez.

El periodista galardonado empezó su trayectoria laboral en otra revista cuyo consejo editorial dirigió el nobel de Literatura, Alternativa. En esa publicación de izquierdas debutó como corresponsal en Brasil en 1980. Luego se incorporó a la redacción en Bogotá. Después trabajó como redactor de tribunales en El Heraldo de Barranquilla y fue editor político en El Tiempo de Bogotá. Ha ejercido el reporterismo en prensa, radio y televisión antes de convertirse en columnista de Cambio.

A pesar de los avatares, Pombo nunca se ha sentido defraudado por su profesión de periodista, "la que más alegrías y dolores da". "Para mí sería inconcebible dedicarme a otra cosa", asegura este profesional.

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