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Fomento y la Xunta avistan una mancha de fuel de 10 kilómetros a 61 millas de las Rías Bajas

Los vuelos de inspección hallan rastros de combustible en la zona del hundimiento del 'Prestige'

Xosé Hermida

El chapapote se resiste a desaparecer, pese a las apelaciones oficiales de la Administración central a la "situación de normalidad" de la costa gallega. Por primera vez en el último mes, los vuelos de reconocimiento han advertido en el Atlántico la presencia de concentraciones apreciables de fuel frente a Galicia. No se trata de simples irisaciones, sino de balsas de combustible de un color "marrón denso de 10 kilómetros por 300 metros", según los informes de los pilotos de uno de los aviones que peinan la zona difundidos por Salvamento Marítimo (Sasemar) y la Xunta en su página web.

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La principal concentración de hidrocarburo, según explica la información oficial elaborada por Sasemar, es un grupo de "ocho manchas" que ocupa una extensión de "10 kilómetros de largo por 300 metros de ancho", avistado el domingo a 61 millas (unos 110 kilómetros) de las Rías Bajas.

Desde principios de marzo, no se habían vuelto a detectar cantidades importantes de chapapote en la franja de océano comprendida entre el lugar del hundimiento del petrolero Prestige, a unas 140 millas al suroeste de Finisterre, y la costa gallega. A lo sumo, los pilotos de los aviones y helicópteros que vigilan a diario la zona informaban de la aparición de leves irisaciones o algún grupo de pequeñas galletas.

El domingo, sin embargo, el avión Reno 62 se encontró con una situación nueva y apreció varias concentraciones de hidrocarburo que registró en el parte oficial que luego se traslada a la información sobre vertidos de la web de la Xunta de Galicia.

En los avistamientos también se incluyen otras manchas. La más próxima a la costa, de unos 400 metros cuadrados, fue descubierta a 47 millas (casi 90 kilómetros) al oeste de Sálvora, la isla situada en la bocana de la ría de Arousa.

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Un poco más lejos, a 61 millas, los pilotos avistaron la principal concentración de hidrocarburo, que aparece descrita en la página web de la Xunta y Sasemar como "zona de manchas marrones denso de 10 kilómetros por 300 metros". Aproximándose al lugar del hundimiento del Prestige, a 91 millas de la costa y también en la latitud de las Rías Bajas, fue visto un reguero de bolas de chapapote que, según los cálculos de la tripulación del avión, ocupaba un área de un kilómetro por 50 metros.

Un portavoz del centro de seguimiento de la catástrofe del Prestige, creado por el Gobierno en A Coruña, aseguró que ayer se había enviado un barco al lugar donde debería encontrarse la más grande de esas concentraciones de fuel y no pudo corroborar el informe de la inspección aérea.

Informes provisionales

El centro de seguimiento, sin embargo, no precisó el nombre del buque pese a los reiterados requerimientos de este periódico. El citado portavoz señaló que los informes de los aviones que efectúan los vuelos de reconocimiento sobre las zonas marítimas sensibles son siempre provisionales ya que las diferencias térmicas en las aguas producen efectos ópticos que en ocasiones confunden a los pilotos.

En caso de que se tratara de fuel, agregó esta fuente oficial, tampoco se puede dar por hecho que provenga del Prestige, al situarse en una zona de intenso tráfico marítimo en la que algunos buques lavan sus sentinas de manera clandestina.

Un técnico de Salvamento Marítimo que pidió el anonimato aseguró, por el contrario, que el informe de vigilancia aérea precisó claramente que las manchas avistadas eran de hidrocarburos. Esta última fuente comentó que en los vuelos efectuados ayer mismo no se volvió a ver la concentración principal advertida el domingo, pero matizó que las condiciones de visibilidad eran bastante peores que el día anterior.

Los vuelos de reconocimiento de los últimos días también han corroborado que sigue llegando fuel a la superficie desde el pecio hundido del Prestige, a casi 4.000 metros de profundidad. En las últimas semanas nunca han dejado de advertirse en la zona diversos tipos de irisaciones. En el vuelo del pasado domingo, los tripulantes del Reno 62 vieron un área de tres millas con "manchas y regueros aceitosos".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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