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GUERRA EN IRAK | La estrategia militar

EE UU aplaza el ataque a Bagdad

La resistencia iraquí y la necesidad de suministros obligan a retrasar el avance hacia la capital

Enric González

La marcha hacia Bagdad permanecía ayer detenida. Las unidades estadounidenses y británicas en la vanguardia de la fuerza invasora necesitaban reagruparse y recibir suministros, tras varias jornadas de mal tiempo, dificultades logísticas y continuo acoso por parte de unidades iraquíes. Mandos militares en el frente de batalla dijeron que se trataba de una "pausa operativa", durante la cual seguirían los ataques aéreos contra Bagdad y contra las divisiones de la Guardia Republicana que protegían la capital. El general Tommy Franks, al mando de la invasión, debía optar entre dar un respiro de sólo unos días a sus tropas de tierra o paralizar el avance durante semanas, hasta la llegada de los primeros refuerzos.

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En el cuartel general de Qatar, varios militares estadounidenses hablaron confidencialmente de una pausa de "entre cuatro y seis días". El general británico Michael Jackson explicó que no existía ningún problema grave: "Los ejércitos no pueden moverse permanentemente, hay que detenerse de vez en cuando para reagruparse, para asegurar un flujo regular de suministros e incluso para que los soldados duerman", dijo. Los reporteros destacados en el frente informaban de que algunas unidades estaban tan desabastecidas que se habían visto obligadas a detener sus tanques y vehículos de transporte, por falta de gasolina, y que en un destacamento de infantería la comida se había restringido a una sola ración de alimentos diaria para cada tres soldados.

La rapidez del avance desde Kuwait hasta las puertas de Bagdad, unida al hostigamiento iraquí en la retaguardia y a la escasez de unidades de logística y escolta, complicó de forma extrema el reavituallamiento de las posiciones de vanguardia. Otra gran dificultad para la alianza militar angloamericana radicaba en la dureza de la resistencia iraquí en Nasiriya, una ciudad estratégicamente situada junto al río Éufrates y en un nudo de autopistas. Mientras se combatiera en Nasiriya, la seguridad de los convoyes de abastecimiento era muy precaria.

Los 95.000 soldados estadounidenses desplegados para la fase inicial, bajo el erróneo supuesto de que no habría apenas combates en el sur y que el Ejército regular de Irak se rendiría en masa, eran insuficientes para combatir en múltiples frentes y, a la vez, realizar funciones de escolta de los convoyes. La hegemonía aérea, por otro lado, había demostrado ser menos efectiva que en la guerra de Afganistán. El presidente estadounidense, George W. Bush, reconoció ayer, en su alocución radiofónica de los sábados, las dificultades encontradas por sus tropas: "La lucha es feroz e ignoramos cuánto durará", manifestó.

La Tercera División de Infantería y el Séptimo de Caballería, las dos grandes fuerzas a la cabeza de la invasión, habían sufrido un severo desgaste desde que, nueve días atrás, cruzaron la frontera entre Kuwait e Irak para emprender una rápida carrera hacia el norte. El general Franks podría darles un descanso de un par de semanas, al cabo de las cuales la Cuarta División de Infantería habría llegado desde Alemania y se sumaría al choque contra las divisiones iraquíes que protegían Bagdad. Eso permitiría también que unidades británicas de élite concluyeran sus operaciones en ciudades del sur y se aproximaran al frente.

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Una espera de 15 días era considerada excesiva, sin embargo, por la mayoría de los mandos en el frente, porque agravaría la impresión de "estancamiento" en la ofensiva y elevaría la moral iraquí. El general Jackson, uno de los jefes de los 40.000 soldados británicos enviados a la guerra, opinó que Franks no se permitiría una pausa tan larga y sugirió que el crucial choque con la Guardia Republicana ocurriría en las próximas jornadas.

Franks empezó el viernes a utilizar los helicópteros de la División Aerotransportada 101 para atacar desde el aire a las fuerzas de la División Medina, considerada la mejor del Ejército iraquí. Esa división, junto a otras dos, la Nabucodonosor y la Hamurabi, formaba parte del dispositivo de defensa desplegado en torno a la capital. "Nuestra supremacía aérea es casi absoluta", afirmó ayer en Washington Victoria Clarke, portavoz del Departamento de Defensa. Franks quería dedicar la "pausa operativa", fuera cual fuera su duración, a martillear desde el aire sobre la Guardia Republicana, para reducir en lo posible su capacidad de combate antes de la esperada batalla terrestre a las puertas de Bagdad.

Infantes de marina británicos toman posiciones durante una operación en la península de Fao, en el sur de Irak. La fotografía, tomada el martes, no fue difundida hasta ayer.
Infantes de marina británicos toman posiciones durante una operación en la península de Fao, en el sur de Irak. La fotografía, tomada el martes, no fue difundida hasta ayer.ASSOCIATED PRESS

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