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Nace la agencia de acreditación universitaria catalana para crear un cuerpo docente propio

Serra Ramoneda, su presidente, considera que el modelo se impondrá en toda España

La semana pasada se constituyó la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Cataluña (AQU), la primera que nace al amparo de una ley autonómica sobre educación superior, si bien como tal agencia fue la primera que existió en España bastante antes de que se aprobara la polémica Ley Orgánica de Universidades (LOU) del Gobierno del PP.

La importancia de esta agencia catalana radica en que la gran apuesta de la Generalitat en el futuro modelo de universidad catalana pasa por la creación de un cuerpo propio de profesorado contratado, aprovechando que la LOU considera que esta nueva figura docente puede ocupar hasta el 49% del total, para lo que ha creado el programa Serra Hunter, bautizado con el nombre de quien fuera rector de la Universidad Autónoma durante la República, que establece una ayuda del 50% del coste de cada profesor contratado. La AQU se encargará de acreditar a estos profesores.

El presidente de la AQU, Antoni Serra Ramoneda, reconoce que "no quedó nada claro en la LOU el papel de las agencias y la distribución de las competencias". "La LOU", añade, "implica que cada autonomía cree la suya, y sobre todas ellas está la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), pero no ha quedado claro que cada profesor se tenga que acreditar en todas. La Aneca pretende que sólo ella esté capacitada para acreditar para todo el sistema, pero desde aquí creemos que lo lógico es que cualquier acreditación de cualquier agencia sirva para todo el sistema, sobre todo si se hacen convenios entre las agencias de acreditación".

En el nuevo marco universitario hay que distinguir claramente entre el proceso de habilitación, que se refiere exclusivamente a los funcionarios y que corresponde a la Aneca, y la acreditación para poder ser contratado laboralmente, aunque, según Serra Ramoneda "la Administración central, pese al paso dado en la LOU, siempre ha creído y sigue creyendo que el profesor contratado es una figura marginal del sistema, ya que el importante sigue siendo el funcionario".

Sobre el sistema de habilitación de la Aneca, Serra Ramoneda es tajante: "Se habrá de cambiar porque logísticamente es inviable", asegura. "La Administración central se verá obligada a renunciar a dar habilitaciones para plazas concretas, ya que esto va directamente en contra de la autonomía universitaria. La probable tendencia es que derive hacia el modelo alemán, en el que el profesor queda habilitado tras una serie de pruebas, pero esto no le adjudica ninguna plaza. La habilitación es simplemente la precondición para optar a seguir la carrera académica", añade. En su opinión, sin embargo, éste es un modelo de difícil aceptación en España, ya que no hay la tradición de que a un examen no le corresponda una plaza de funcionario. Por eso cree que el modelo catalán de profesorado contratado se puede extender a otras comunidades, ya que es muy útil para los centros. "Un grupo de catedráticos de Madrid ya se ha pronunciado en este sentido", apunta.

Desde la Aneca, sin embargo, se ha intentado hacer como si la agencia catalana no existiera. La directora de la AQU, Gemma Rauret, no quiere entrar en polémicas. "De momento", explica, "han adoptado esta postura de hacer como si no existiéramos mientras no existíamos legalmente, aunque de hecho somos la agencia decana de España y la que mayor tradición tiene. La formalización no era más que un acto simbólico. Entendemos la voluntad de afirmación de la agencia estatal, pero ahora que nosotros ya somos legales, espero que nos tengan en cuenta. A la larga tenemos que entendernos".

La AQU tiene tres comisiones: la de evaluación de títulos, la comisión de acreditación y la de investigación. Cada una es totalmente independiente de la otra. La AQU podrá ahora evaluar la excelencia de cada universidad, en tanto que ya no es un consorcio formado por las universidades que en el pasado vetaban aquellos datos que podían comprometer a uno u otro centro. Serra Ramoneda, sin embargo, no es muy optimista sobre la posibilidad de que la AQU llegue a establecer algo similar a los rankings habituales en el mundo anglosajón.

Sobre el control de la calidad del sistema, la misión original de esta agencia, Gemma Rauret asegura que se han puesto en marcha nuevos criterios que permitirán comparar entre distintas titulaciones del sistema. "Este año daremos a conocer un estudio sobre distintas titulaciones de Ciencias Empresariales que permitirá comparaciones". En su opinión es cuestión de tiempo para que las universidades acepten este modelo de control. "Las valoraciones", añade, "de todos modos corresponden a la propia universidad. Para identificar lo que no funciona es necesario que se impliquen internamente".

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