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La construcción durará 10 años y costará 4.600 millones

Para verificar la viabilidad de un reactor de fusión experimental como el ITER y su transferencia a un modelo industrial se requiere de unas instalaciones que muchos expertos no dudan en comparar por su trascendencia científica, tecnológica y económica con las del CERN en Ginebra o las de la NASA en Estados Unidos.

Los costes de construcción, previstos para un periodo de 10 años, suman entre 4.600 y 4.750 millones de euros del año 2000. A ellos hay que añadir los costes de operatividad y mantenimiento, estimados en unos 240 millones de euros anuales durante los 20 años de vida útil previstos. Se prevé un periodo de cinco años para el desmantelamiento de la instalación con un coste de entre 60 y 80 millones de euros anuales. La suma total es de 9.700 a 10.000 millones, a los que habría que añadir los algo más de 3.000 millones derivados de inversiones para infraestructuras (carreteras, viviendas, servicios, tecnología).

Asumible

La mayor parte debe ser costeada por los socios de ITER. El país receptor debería hacerse cargo de una parte de los costes de construcción y mantenimiento de personal en la primera fase, los primeros 10 años. Japón aspira a sufragar el 23% de los mismos mientras que Canadá se resiste a superar el 18%. La UE propone que el país receptor deba pagar al menos el 20%, del que la mitad sería aportada por Bruselas si gana una candidatura europea.

Si obtuviera la sede, por tanto, España debería hacerse cargo de entre 460 y 475 millones de euros a pagar en 10 años. La cantidad es considerada "perfectamente asumible" tanto por el Gobierno como por el PSOE, principal partido de la oposición, el cual añade la exigencia de que se trate de "dinero fresco" para el sistema de ciencia y tecnología español.

El resto del dinero, entre el 75% y el 80%, debe ser aportado por el consorcio internacional: la Unión Europea, Canadá, Japón, Estados Unidos Rusia y China. Estos últimos tres países se han comprometido a aportar al menos el 10% del coste cada uno.

De acuerdo con un estudio elaborado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) sobre el impacto socioeconómico de ITER, el beneficio neto total que recibiría España a lo largo de las tres fases (construcción, operación y mantenimiento y desmantelamiento) alcanza los 10.150 millones de euros para un periodo máximo de 35 años. En este periodo se generarían 337.176 puestos de trabajo-año. A estas cantidades habría que sumar los beneficios indirectos derivados de la construcción de infraestructuras o la prestación de servicios. La suma total superaría los 12.000 millones de euros, el equivalente a dos billones de las antiguas pesetas.

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