Dos bombarderos B-1B atacan radares en el suroeste de Irak
La operación es considerada un paso previo a una ofensiva de EE UU desde el frente sur
Dos superbombarderos de largo alcance B-1B entraron en acción el pasado viernes en la zona de exclusión aérea del suroeste de Irak, donde bombardearon sendas plataformas de radares. Es la primera vez que el Pentágono hace uso de ese aparato -uno de los más avanzados de la Fuerza Aérea estadounidense- desde 1998, lo que fue interpretado como una señal clara de que la guerra se acerca. Los estrategas militares creen que el B-1B desempeñará un papel clave en la primera etapa de la ofensiva contra Irak.
Fuentes del Pentágono confirmaron ayer que dos B-1B intervinieron el viernes en los bombardeos que aviones de EE UU y el Reino Unido llevan a cabo de manera rutinaria en el sur de Irak. Los aparatos lanzaron varias bombas de precisión teledirigidas contra dos plataformas móviles de radar a unos 400 kilómetros al suroeste de Bagdad, dentro de la llamada zona de exclusión aérea, establecida al final de la guerra del Golfo, en 1991.
El ataque contra los radares -uno de ellos del sistema Pluto, de fabricación italiana-, se produjo muy cerca del lugar donde se juntan las fronteras de Irak, Jordania y Arabia Saudí. Los expertos consideran que la operación fue muy significativa desde el punto de vista militar, ya que la eliminación de los radares enemigos en la zona fronteriza facilita la entrada de tropas estadounidenses en territorio iraquí en caso de que se lance una invasión. El sistema Pluto es capaz de detectar aparatos que vuelan a baja altura desde una distancia de 100 kilómetros, por lo que podría interceptar los helicópteros de EE UU.
Otro de los objetivos de la aviación estadounidense en la primera etapa de la guerra será anular la capacidad del Ejército iraquí para lanzar misiles Scud y para enviar aviones cargados de armas químicas o biológicas contra Israel desde el desierto del oeste del país, la zona donde tuvo lugar el bombardeo del viernes. Según fuentes del Pentágono citadas por The Washington Post, una de las primeras acciones de la guerra consistiría en enviar soldados de operaciones especiales desde Jordania y Arabia Saudí para localizar las plataformas de lanzamiento iraquíes y facilitar los ataques aéreos.
EE UU y el Reino Unido tienen ya 250.000 soldados en la zona del Golfo dispuestos a atacar Irak. Washington ha enviado varios B-1B al golfo Pérsico como parte del despliegue previo a una invasión. Con más de 1.200 aviones en la zona, la Fuerza Aérea y la Marina de EE UU han intensificado en los últimos días sus operaciones en la zona de exclusión aérea. Recientemente llegaron a efectuar 1.000 vuelos en un solo día en cielo iraquí.
El B-1B tiene una autonomía de vuelo de 5.000 kilómetros y una velocidad punta cercana a los 1.400 kilómetros por hora. Los dos aparatos utilizados el viernes despegaron de un país del golfo Pérsico no dado a conocer por el Pentágono.
Preparado para efectuar misiones de gran rapidez y a baja altura, el B-1B comenzó a volar a mediados de la década de los ochenta, pero no fue utilizado para atacar objetivos enemigos hasta 1998 en Irak, durante la llamada Operación Zorro del Desierto. Actualmente, EE UU cuenta con 51 aparatos de ese tipo, a un precio de 200 millones de dólares cada uno.
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