Total acuerdo

En relación con la carta publicada en su diario en fecha 10 de marzo de 2003 por el portavoz del hospital Clínico de Madrid, señor Pedro Tarquis, quiero manifestar mi total acuerdo con el mismo en lo relativo a sus manifestaciones sobre la verdad que, efectivamente, según dicen, si es a medias, es la peor de las mentiras.

Mi madre lleva ingresada en el citado hospital desde el pasado 3 de diciembre, habiendo permanecido un mes en la segunda planta del ala sur (digestivo) y dos meses en la tercera (cirugía). A lo largo de estos tres meses, el agua siempre ha salido turbia; bastante turbia. Hace unas semanas, la gerencia del hospital Clínico emitió un comunicado, disponible en los tablones de anuncios del hospital, en el que da cuenta de la potabilidad del agua e informa de que, en lo sucesivo, el hospital no proporcionará a los enfermos agua embotellada, como venía siendo habitual desde hacía tiempo, y no sé cuánto, porque cuando mi madre ingresó en el citado hospital ya se proporcionaba.

A día de hoy, el agua fría, el agua caliente, el agua fría después de la caliente y el agua caliente después la fría salen turbias, lo que obliga a los enfermos a decidir si beben agua de color amarillo, por muy fiable que resulte la información proporcionada por los responsables del hospital.

Lo que suele suceder es que cuesta bastante arriesgarse, aunque este miedo pueda ser irracional, a incrementar las dolencias que cada enfermo soporta, que, por estar ingresados en un centro sanitario, no deben ser pocas, dando lugar a que los familiares tengamos que comprar agua embotellada todos los días.

Ésta es una realidad demostrable, y los profesionales sanitarios de las plantas mencionadas la conocen sobradamente porque son los receptores de bastantes quejas debidas a este asunto.

Ruego, por tanto, al señor Tarquis que, antes de hacer uso de su retórica, verifique la información que hace pública.