"Con la genética se han levantado expectativas irreales"
Kari Stefansson (Islandia, 1950) es desde hace unos años el científico de moda. Alto, delgado y elegantemente vestido de negro, escoge con parsimonia y largos silencios cada una de sus respuestas. Será quizás porque se siente el abanderado, tras abandonar Harvard en 1996 para fundar la empresa Decode Genetics, de un nuevo modo de entender la ciencia y sus implicaciones en medicina. En esencia, viene a decir este médico transformado en ejecutivo, lo suyo es aportar conocimiento. En especial, el que vincula a un gen con una enfermedad. Hasta ahora afirma haberlo logrado para una veintena de ellas. Su fuerza radica en la mayor base de datos establecida hasta la fecha en la que se incluye información genética de 280.000 ciudadanos islandeses. Stefansson participó ayer en una sesión sobre genética en el Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa.
"No puedo imaginar que ni yo ni mi código genético seamos un secreto"
Pregunta. Su compañía, Decode Genetics, se asocia a un nuevo paradigma en ciencias médicas. ¿Está de acuerdo?
Respuesta. Cuanto más aprendemos sobre cómo heredamos la predisposición a padecer una enfermedad, y del gen y su entorno, mayor es la comprensión de la enfermedad. El cambio de paradigma consiste en gestionar mejor los sistemas de salud favoreciendo la prevención. Decode contribuye aislando los genes ligados a enfermedades y empleando la información obtenida para detectar la predisposición a padecerlas.
P. ¿No hay todavía más teoría que práctica en esto?
R. Hay mucha teoría, efectivamente, pero también hay una práctica. La teoría, impulsada por los científicos, trata de generar nuevos conocimientos y ponerlos en contexto. La práctica la impulsa la sociedad al decidir cómo usar el conocimiento generado. Eso vale para la genética, pero también para la investigación en células madre o en cualquier otro campo.
P. ¿Hay suficiente conocimiento para que la sociedad pueda tomar decisiones?
R. Nunca lo sabremos. El conocimiento siempre es incompleto, se construye día a día ¿Pero es tan incompleto como para que jamás lo podamos utilizar? No, simplemente utilizamos el que tenemos. En todo caso, el conocimiento per se no es malo. Es su uso el que puede determinar que sea mejor o peor. A menudo, lo que es bueno o lo que es malo no depende de lo que sabemos sino de los parámetros morales que establece la sociedad.
P. Pero por encima de lo que pueda ser correcto o no, hay unas expectativas. ¿Tal vez demasiadas?
R. Los sueños y las expectativas son los que nos hacen avanzar. Por ejemplo, no creo que la genética vaya a desarrollar de forma brusca la medicina. Más bien pienso que será un proceso gradual.
P. Celera y Craig Venter levantaron enormes expectativas con el borrador del genoma humano. ¿Los ha superado?
R. No creo que se me pueda hacer responsable de lo que haga Craig Venter. Admiro al personaje y a su trabajo pero tenemos distintos puntos de vista sobre las cosas de la vida. Yo siempre he dicho y diré que en Decode podemos aislar los genes de las enfermedades con mayor facilidad que otros. Los podemos estudiar y aprovechar para el desarrollo de fármacos. Pero siempre he sido muy prudente a la hora de describir lo que va a suceder luego. Me parece obvio que el descubrimiento de un gen no nos va a llevar al desarrollo instantáneo de ninguna terapia. En todo caso, nos puede permitir comprender mejor los mecanismos de una enfermedad. Y cuanto mejor la conozcamos más fácil va a ser desarrollar métodos para diagnosticar, curar y prevenir.
P. La sociedad no lo percibe de igual modo.
R. La sociedad, al menos en estos últimos años, se ha sentido fascinada por la genética. Y alrededor de ella se han levantado unas expectativas que en su mayor parte son irreales. La genética humana no es más que el estudio de la información que define el cómo y el porqué de un ser humano y su transferencia de una generación a otra. Es por ello que no puedo imaginarme que yo ni mi código genético seamos un secreto.
P. Hasta ahora han encontrado genes vinculados a esquizofrenia, osteoporosis, obesidad, artritis, soriasis, asma. ¿Empieza de verdad la era de la genómica?
R. Le contestaré con un ejemplo, el del gen de la esquizofrenia. Hemos aislado el gen asociado y lo que nos dice es que codifica para un factor de crecimiento que estimula la formación de sinapsis. Dicho de otro modo, que una de las características, tal vez la esencial, es la falta de conexiones entre neuronas debido a un mal funcionamiento de ese gen. Ese mismo factor de crecimiento interviene en la respuesta del cerebro a estímulos del ambiente o a la experiencia. Por tanto, en un mismo gen tenemos la explicación del comportamiento de la esquizofrenia, que progresa con la edad, y la de por qué algunos enfermos esquizofrénicos empeoran en determinadas condiciones ambientales.
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