Último grito GSM o Wap
Valencia acoge una improvisada exposición de nuevas tecnologías para sostener el discurso oficial
El último grito ya no es cuestión de timbre de voz. Las nuevas tecnologías trasladan mensajes a través de lenguajes que se llaman aplicaciones y responden a denominaciones como Java, SMS, GPRS o Wap. Sus interioridades resultan inextricables para la inmensa mayoría, pero la vanguardia tiene gran poder para fascinar a los profanos... y a los políticos.
El innegable fracaso de iniciativas públicas como Info XXI, la gran apuesta del Gobierno central por la promoción del uso de las nuevas tecnologías, y el dudoso éxito de iniciativas paralelas impulsadas desde la Generalitat ha desembocado en una improvisada feria de las nuevas tecnologías, de inspiración formalmente privada, que alberga desde ayer el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe. El foro y el lugar idóneos para que José Luis Olivas, presidente de la Generalitat, pudiera proclamar que la Comunidad Valenciana "está en la vanguardia de las nuevas tecnologías, por ello, todas las grandes empresas del sector la utilizan para asociarlas a lo que es el avance y el desarrollo tecnológico".
El éxito del móvil va ligado a la conciencia de pago que asumen los usuarios
Antonio Cortés, director de Diva 2003, Digital Valencia, explica que la Ciudad de las Artes y las Ciencias actúa como "promotor" de una exposición que pretende acercar al ciudadano "al último grito, al estreno mundial" de los últimos avances tecnológicos. "La pretensión es ofrecer el futuro de la vida digital, lo que las empresas ya pueden enseñar pero todavía no se comercializa", comenta Cortés.
Diva 2003 es la primera edición de un evento cuya continuidad depende de la respuesta del público y no se han fijado objetivos sobre número de visitantes. Pero el expositor más atractivo, instalado sobre la mayor superficie y en el lugar más prominente es la Generalitat, que ofrece una síntesis de los propuestas contenidas en Moderniza.com, la síntesis de iniciativas públicas dirigidas a impulsar el uso de las nuevas tecnologías entre los valencianos.
La empresa semipública Tissat, Telefónica (unos de sus socios) o las dos grandes cajas de ahorro presentan expositores y contribuyen a las mesas redondas y foros organizados para la ocasión.
Ayer, dos médicos y dos representantes de grandes empresas de telefonía móvil, disertaban ante una decena de asistentes sobre el futuro de la tecnología móvil.
El teléfono móvil, una rareza hace apenas una década, ha logrado imponer fórmulas de conducta. Un representante de Telefónica definió el síndrome Martini (Donde estés y a la hora que estés) y el Donuts (¡Ahí va! ¡Los donuts!).
Algunos datos que ilustran la penetración de las nuevas tecnologías son incontestables.
Telefónica traslada 200 millones de mensajes de texto semanales. Los hoteles de Las Vegas, en Estados Unidos, incluyen un corazón junto a las estrellas que identifican su categoría para indicar que disponen de desfibriladores que se activan si las señales telefónicas que remite un corazón correctamente conectado lo requieren. Y todavía no se ha desarrollado la tecnología UMTS, que augura una próxima revolución de la transmisión de datos.
El éxito de la telefonía móvil va ligado a la conciencia de pago que asumen los usuarios, como comentó un experto, un fenómeno inverso al que ha generado la red de internet, donde el pago por acceder a ciertos contenidos aún desconcierta a los usuarios. Del mismo modo, Diva revela que el éxito de las vanguardias es ajeno a su promoción institucional.
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