2.500 personas piden en Cerdanyola el traslado del centro de toxicómanos
Unas 2.500 personas, según los organizadores, se manifestaron ayer por las calles de Cerdanyola del Vallès para reclamar una rectificación a las administraciones sobre la ubicación del Centro de Asistencia y Servicio a Toxicómanos en el ambulatorio de Canaletes.
Durante las últimas tres semanas, miembros de la Plataforma contra la ubicación del centro en Canaletes mantuvieron intensas reuniones con representantes del Ayuntamiento y de la Generalitat, aunque no consiguieron llegar a un acuerdo definitivo. "No ha sido posible el acuerdo, a pesar de que la plataforma lo ha intentado y ha demostrado una actitud negociadora y flexible", lamentaron los organizadores mediante el manifiesto que leyeron al final de la protesta, frente al Ayuntamiento.
En el mismo documento atribuyeron el hecho de no llegar a un acuerdo a que "no han cumplido sus promesas"; "y pretendían que firmáramos una mera declaración de intenciones que a bien poco compromete y deja a la Generalitat manos libres para hacer en el CAST prácticamente lo que quiera". Algunos de los motivos de la plataforma para manifestar su contrariedad a la ubicación del centro son su proximidad a dos escuelas de primaria y una residencia para la tercera edad, su lejanía de puntos de comunicación, como la estación de tren, y la masificación del centro, ya que no se limita sólo a dispensar metadona a los toxicómanos del municipio sino también a los de parte de la comarca.
La plataforma también considera que el sistema de atención a los toxicómanos que se ofrece en el centro es insuficiente porque "se limitan a darles metadona una vez al día, sin ningún otro tipo de programa complementario que les ayude en la rehabilitación", explicó uno de sus miembros, Joan Antoni Agulló. "Creemos que después de este intento que hemos hecho de negociación, la alcaldesa Cristina Real y el director de drogodependencias y Sida de la Generalitat, Joan Colom, han destapado sus cartas", aseguró el presidente de la plataforma, Virgili Burrell.
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