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Un experto descalifica los controles de las mutuas del 'caso Ardystil'

Cabeza declara que las revisiones médicas fueron una "chapuza"

Alfonso Cabeza, forense y experto en medicina laboral, descalificó ayer los controles médicos rutinarios realizados por las mutuas a los ex operarios de las fábricas de aerografía textil de L'Alcoià, más tarde afectados por el síndrome Ardystil -afección pulmonar por inhalación de productos tóxicos-. "Las revisiones fueron una chapuza". El experto también cuestionó el tratamiento, a base corticoides, a los enfermos.

El médico compareció ante el tribunal que juzga los hechos, la sección tercera de la Audiencia de Alicante, a propuesta de la defensa de dos de los 10 empresarios procesados, los titulares de la fábrica Aeroman. En este centro de trabajo se produjo la sexta víctima mortal, el operario Andrés Méndez. Los otros cinco fallecimientos se registraron en el fábrica que dio nombre al síndrome, que afectó a cien operarios más.

A juicio de Alfonso Cabeza, las revisiones médicas realizadas por la Mutualidad de Levante a los operarios de Aeroman fueron "insuficientes, incompletos y sanitariamente no válidos", matizó. "Una chapuza", añadió. Estos controles se realizaron siete meses antes de descubrirse el síndrome y todos los operarios fueron declarados aptos. "Es evidente que los controles fueron incompletos, porque tendrían que haber detectado algún síntoma de la enfermedad [fibrosis pulmonar] que no se contrae en una semana. Una simple radiografía de tórax hubiera puesto de manifiesto la patología", argumentó. Para el forense, cualquier mutua que desarrolle su trabajo de manera profesional, a las revisiones rutinarias tiene que añadir otras "especificas", en función de la empresa que se trate. "La mutua tenía que saber que en esa fábrica [Aeroman] se manipulaban productos tóxicos", recalcó.

Las críticas de Cabeza a los profesionales de la medicina relacionados con el caso Ardystil se extendieron a los facultativos del Hospital General de Alicante que trataron a los afectados. Cabeza subrayó que el tratamiento, a base de corticoides, no fue correcto, "especialmente por la dosis, 80 miligramos al día durante dos meses". "Eso, medicamente, es una burrada", matizó.

El experto, por último, lamentó que los responsables del servicio de Anatomía Patológica del Hospital General de Alicante no hubiesen remitido muestras de las vísceras de la víctima para ser analizadas por el Instituto Nacional de Toxicología. "De esta forma se hubieran conocido las causas concretas del síndrome", dijo. Esta prueba se efectuó sin éxito en el caso de otras de las fallecidas.

La vista oral del caso Ardystil prosigue hoy con la prueba testifical. A lo largo de un mes comparecerán ante el tribunal más de cien testigos, la mayoría ex trabajadores de las ocho fábricas de aerografía textil.

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