Nueve palestinos mueren en una nueva operación de castigo de Israel
Arafat acusa a Sharon de atrasar el nombramiento del primer ministro
Tal como hiciera la madrugada anterior en el campo de refugiados de Jan Yunis, el Ejército israelí efectuó ayer una nueva incursión de castigo en el de El Bureij, situado en la parte central de la Franja de Gaza. La operación se saldó con nueve muertos, entre ellos dos civiles, y casi treinta heridos. Pocas horas después de la retirada de los efectivos, milicianos del movimiento islamista radical Hamás lanzaron dos cohetes contra la localidad de Sderot. Tras reunirse con representantes del Cuarteto -formado por EE UU, Rusia, UE y ONU-, el presidente palestino, Yasir Arafat, acusó a Israel de retrasar con las incursiones el nombramiento de un primer ministro, tal como pide la comunidad internacional.
Aunque los mandos del Ejército israelí diseñen las incursiones nocturnas en los campos de refugiados de la Franja de Gaza a modo de "operaciones quirúrgicas", éstas no dejan de sumar "daños colaterales". El más trágico de las últimas semanas tuvo lugar ayer en El Bureij, donde una mujer embarazada falleció al ser sepultada por el tejado de su propia casa, que se derrumbó después de que los artificieros dinamitaran el inmueble adyacente. El cuerpo inerte de Nuha Seweda, de 33 años, fue rescatado por el equipo de emergencias de la Media Luna Roja, que no pudieron intervenir hasta que las tropas israelíes se retiraron del campo, tres horas después del comienzo de la incursión.
Un adolescente de 14 años resultó alcanzado por varios disparos, que le provocaron la muerte. Otros seis milicianos armados -de edades comprendidas entre los 17 y 27 años- fallecieron, lo que muestra cómo la juventud palestina se va incorporando progresivamente a la lucha armada, tomando el relevo de la generación anterior y haciendo así cada vez más difícil la deseada "desmilitarización" de la Intifada.
Miembros de Hamás
Según un comunicado del portavoz del Ejército israelí, la incursión de El Bureij tuvo como objetivo la detención de Mohamed Taha, uno de los fundadores del movimiento islamista radical Hamás, y de tres de sus hijos, quienes supuestamente habrían participado en la planificación y ejecución de varios atentados. Además, las tropas israelíes destruyeron cinco inmuebles. Entre ellos, la vivienda de la familia Taha y la de Sami Abdul Salam, un suicida que el pasado 9 de febrero se inmolaba junto al bloque de asentamientos de Gush Katif, hiriendo a cuatro soldados. Pocas horas después de que se retiraran de El Bureij, el propio Hamás reclamaba la autoría del lanzamiento de dos cohetes de fabricación artesanal modelo Qassam-2 contra la localidad de Sderot, en la que tiene su rancho Ariel Sharon.
Tras reunirse en la Muqata de Ramala, la derruida sede presidencial, con los representantes de tres miembros del Cuarteto -Miguel Ángel Moratinos por la UE, Terje Larsen por Naciones Unidas y André Dvovin por Rusia- el presidente de la ANP, Yasir Arafat, condenó la reciente ola de incursiones, que en su opinión "retrasan la aplicación de las decisiones ya tomadas para nombrar un primer ministro". Arafat criticó también el veto ejercido por Israel sobre varios de los miembros del Comité Central de la OLP y diputados del Consejo Legislativo (parlamento interino), que en principio se reunirán los días 8 y 10 de este mes, respectivamente, para enmendar de forma parcial la ley fundamental palestina, dotar de contenido a la figura del primer ministro, y sancionar la elección del candidato.
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