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Reportaje:

"Mucho no hay, habrá que esperar a mejor tiempo"

Casi 900 embarcaciones vuelven a faenar en las Rías Bajas tras la veda por el 'Prestige'

"Mucho no hay, aunque habrá que esperar a mejor tiempo para comprobarlo", señalaba Miguel Ángel Ucha a bordo de su gamela, faenando en la ensenada de San Simón, al fondo de la ría de Vigo. La suya fue una de las 850 embarcaciones que ayer volvieron a pescar o mariscar en las Rías Bajas tras la veda impuesta por la catástrofe del Prestige. La "práctica totalidad" de los pósitos de estas rías reiniciaron ya su labor, según la Consejería de Pesca de la Xunta. No parece, sin embargo, que la veda haya enriquecido los bancos. "Hay que esperar a mejor tiempo", insisten todos.

En la ensenada de San Simón faenan una treintena de embarcaciones de la Cofradía de Pescadores de Redondela. Tienen licencia para faenar con trasmallo o butrón. La Consejería de Pesca paseó ayer en tres de sus lanchas a varias decenas de periodistas para dar cuenta pública de la jornada. El mar era un plato sembrado de boyas (cada boya, una red); el día estuvo netamente gris, en el mar y en el cielo, con ocasionales poaias, lluvia finísima, para subrayar el ambiente neblinoso. Los marineros ya habían sembrado la zona con sus trasmallos, dos horas antes, y ahora los iban recogiendo. "A éstos los han pillado por sorpresa", dice Ucha mientras retira de la red un lenguado y unas robalizas. "No es éste su territorio".

Pescan fundamentalmente chocos. Ucha ha sacado unos 12 kilos en el primer lance. No está nada mal. Le quedan otros cinco para completar la jornada. Todos tenían ganas de volver a trabajar. Éstos del trasmallo y el choco faenan a una media milla de la costa -"Dí mejor seis cables, es más marinero", propone el patrón de la lancha, Fernando Berrida: a unos 800 metros-; más pegados a la playa están las gamelas del butrón, dedicadas sobre todo a la anguila; y en tierra, las mariscadores que arañan el arenal para arrancarle almejas, berberechos, navajas...

A esta ensenada no llegó nunca el chapapote, que sí arrasó las islas Cíes, en el extremo oceánico de la ría. La batalla que libraron los marineros contra las sucesivas mareas negras impidió que la contaminación se extendiera al interior. Ahora ya no llega fuel "fresco" a las costas gallegas, según reiteró ayer el consejero de Pesca, Enrique López Veiga. Lo que aún sale del Prestige es "degradado" por el propio mar, dijo refrendando las tesis expuestas el sábado por el comisionado de Fomento, Francisco Alonso.

El chapapote "más fluido" y con olor "a nuevo" que se ha detectado en diversos lugares de la costa procede, según el consejero de Pesca, de los pegotes desprendidos de las rocas: la costra exterior habría preservado las características del fuel original en el interior de esos pegotes, dice López Veiga. La situación está mejorando tanto, añadió, que su departamento está estudiando la posibilidad de abrir a la pesca las aguas exteriores.

Esta declaración de intenciones ha alarmado a las cofradías, que consideran que primero habrá que limpiar los fondos alfombrados de chapapote. "Proceder de otra manera sería una locura", afirma Francisco Iglesias, patrón mayor de O Grove. Todos reconocen que aún hay mucho fuel en los fondos de las Islas Atlánticas. También en los fondos marinos de las playas de Corrubedo y A Lanzada. Las cofradías piden una limpieza general antes de empezar a faenar en el exterior de las rías. Para el interior admiten que se amplíe el levantamiento de la veda a otras artes y especies.

Balbina, Eugenia y Concepción comenzaron ayer a mariscar navajas y almejas en la playa de Cesantes.
Balbina, Eugenia y Concepción comenzaron ayer a mariscar navajas y almejas en la playa de Cesantes.LALO R. VILLAR

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