La Cerdanya prepara un recorrido turístico por 10 búnkeres y túneles del Pirineo
El Ayuntamiento de Montellà i Martinet (Cerdanya) ha presentado un proyecto para convertir en atractivo turístico y cultural una decena de búnkeres (fortificaciones militares) construidos por el ejército franquista en el Pirineo entre 1944 y 1947 para defenderse de una hipotética invasión de las fuerzas aliadas que combatieron a las tropas de Hitler. En el Pirineo hay cerca de 10.000 búnkeres y la mayoría se encuentran en un buen estado de conservación.
La finalidad de esta iniciativa -pionera en España- es recuperar estas fortificaciones que nunca llegaron a utilizarse para que puedan ser visitadas por los turistas a partir del próximo año. En un principio está previsto adecuar unos 10 búnkeres de los 60 que hay abandonados en el municipio, que se caracterizaban por tener un elevado nivel de control visual y de tiro sobre el valle. Los dos más grandes, el del Cabiscol y el del Roc de la Mel, forman un laberinto de galerías subterráneas conectadas entre sí y con otros más pequeños comunicados a través de túneles.
Los turistas podrán recorrer una distancia de dos kilómetros por pasillos subterráneos y conocer el material de guerra propio de la época, como ametralladoras, fusiles y cañones antitanques. El alcalde de Montellà i Martinet, el convergente Andreu Clausó, considera que la recuperación de estas fortalezas militares será muy importante para la promoción turística de la comarca porque no sólo permitirá conocer una parte desconocida de la historia reciente, sino que ofrecerá al visitante un componente de aventura en un marco incomparable, junto al parque natural del Cadí-Moixeró.
A estos búnkeres, que se convertirán en pequeños museos militares gracias a la cesión de material bélico en desuso, se entrará equipado de un casco con iluminación frontal similar al que usan los bomberos. Estarán ambientados con efectos sonoros y luminosos, de tal modo que el visitante comprenderá la vida en el interior de un búnker. El proyecto, en el que se invertirán 217.000 euros, incluye un centro con documentación de la época.
Los búnkeres formaron parte de la Línea Pirineos, también conocida como Línea Gutiérrez, que se extendía desde Irún hasta Roses. Estas fortalezas defensivas, construidas con cemento o excavadas en la montaña, tuvieron una gran importancia militar. Sólo en el Pirineo leridano había más de 12.000 soldados preparados para frenar un posible avance invasor de los aliados al final de la II Guerra Mundial.
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