La Cámara de EE UU acuerda prohibir la clonación humana con fines médicos
La norma, que aún debe todavía pasar por el Senado, impone penas de 10 años de cárcel
El Congreso de EE UU ha aprobado por 241 a 155 votos un proyecto de ley que prohíbe todo tipo de clonación humana, tanto con fines terapeúticos como reproductivos. La legislación (que impone una multa de hasta un millón de dólares y 10 años de cárcel a quienes la contravengan) cuenta con el respaldo del presidente George Bush, pero afronta un futuro incierto en el Senado, que en la última sesión rechazó una propuesta similar. El debate se ha acelerado en respuesta al anuncio de la secta de los raelianos de haber clonado a varios niños, al que ningún científico da crédito.
Las implicaciones éticas de la clonación humana han dividido al Congreso en dos bandos, aparentemente irreconcilables, que reflejan a su vez el sentir de la sociedad estadounidense, igualmente ambivalente sobre el tema. De un lado están los legisladores convencidos de la necesidad de prohibir todo tipo de clonación aduciendo razones morales, y por otro los que opinan que aún es más inmoral impedir la curación de enfermedades. Estos últimos pretenden que se haga una excepción a la clonación de embriones con fines terapeúticos.
"No entiendo cómo se puede mirar a los ojos a un paciente con Alzheimer o Parkinson y decirle: lo sentimos, pero vamos a ilegalizar la técnica que a usted le curaría porque es inmoral", afirmó el representante demócrata James McGovern. Según él, el voto negativo equivale a "cerrar las puertas a la investigación científica". Su tesis la secundan numerosos centros de investigación del país, algunos de los cuales realizan experimentos de esa naturaleza con fondos privados, ya que Bush dio hace año y medio una orden ejecutiva que autorizaba la investigación sólo en las líneas de células embrionarias que ya estaban establecidas en cultivo.
El debate en la Cámara de Representantes suscitó pasiones el jueves por la noche (madrugada de ayer en España). La republicana Sue Merryck equiparó la clonación terapeútica a emitir "una licencia para crear la más repulsiva y peligrosa empresa en la historia de la Humanidad". Casi todos los republicanos votaron a favor de la prohibición total, pero la escisión trasciende las ideologías políticas. De hecho, varios demócratas respaldaron la prohibición.
Uno de ellos fue Bart Stupack, coautor del proyecto de ley aprobado, que al final de la votación declaró que "no se puede experimentar con la raza humana, ni siquiera a nivel molecular". Otra propuesta de ley que contemplaba una fórmula mixta, ilegalizando la clonación reproductiva pero autorizando la células embrionarias, fracasó por 231 en contra y 174 a favor. Uno de sus patrocinadores, el republicano James Greenwood, expresó gran frustación hacia su propio partido y dijo que no habían entendido la trascendencia de la decisión: "Es la mayor promesa médica de nuestro tiempo".
El proceso de clonación consiste en tomar el núcleo de una célula de un adulto (que contiene el genoma humano completo) e introducirlo en un óvulo al que previamente se ha extraído su propio núcleo. El embrión resultante se desarrolla en el laboratorio durante unos días (siempre menos de dos semanas) hasta una fase llamada blastocisto. Si se implantara en una mujer, daría lugar a un bebé clónico.
Pero, en la clonación terapéutica, el blastocisto no se implanta, sino que se destruye para obtener de él células madre, que luego pueden cultivarse y diferenciarse en cualquier tipo de tejido adulto. Como el embrión era un clon del paciente, los tejidos derivados de él se le podrán trasplantar sin suscitar rechazo inmunológico. La clonación terapeútica es considerada por la mayoría de los científicos como una gran promesa para el futuro de la medicina. Al haber quedado excluida esta posibilidad del proyecto de ley, las posibilidades de que la norma sea aprobada por el Senado y de que esa versión prevalezca son prácticamente nulas en la actual sesión legislativa. Por el momento, los partidarios de la prohibición total no cuentan con los 60 votos necesarios en el Senado. Fuentes del Congreso señalan que el resultado final dependerá del impulso que le dé el presidente del Senado, el republicano Bill Frist, que es cirujano. Según ha trascendido, Frist está a favor de un punto intermedio.
La versión que prospera en los cómites del Senado va más allá de la de la Cámara en lo que respecta a la importación de embriones clonados, prohibiéndola sin excepciones.
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